Jugar con diez, jugar contra diez

 Esta semana, hemos asistido a tres partidos en los que uno de los dos equipos se quedó con diez. Uno fue el Bayern-Shaktar, otro el Chelsea-PSG y el tercero en discordia el Espanyol-Atlético. El denominador común, una expulsión, pero hasta ahí la única similitud, ya que Bayern y Chelsea con uno más, y Atlético con uno menos, encararon el partido de tres formas diferentes.


 Comencemos entonces por el partido del Allianz Arena, donde nada más comenzar el partido, los de Guardiola se encontraron con un penalty a favor, y una rigurosa expulsión. Todas las posibilidades del Shaktar, se esfumaron en el momento que Müller convirtió la pena máxima. A partir de ese momento, y con un jugador más, los de Guardiola se hicieron dueños absolutos del balón. Sin embargo, en vez de especular con el resultado y marear a los ucranianos de un lado a otro, los bávaros buscaron la portería rival sin descanso. En ocasiones, los diez jugadores de campo del Bayern estaban en las proximidades del área ucraniana. Tal es así, que Boateng acabó convirtiendo uno de los siete tantos del partido. Bien es cierto, que llegó un momento que el desánimo se apoderó de los jugadores del Shaktar, que ya no presionaban al Bayern y se dejaron ir. El mérito del Bayern, si es que puede llamarse así, es que se fue a buscar a su rival utilizando su inferioridad numérica. El control de balón entraba en el plan principal, pero al verse con uno más, se convirtió en el arma perfecta para solventar rápido el partido y la eliminatoria. 

 Mientras tanto, en Londres, la expulsión de Zlatan Ibrahimovic, rigurosa donde las haya, nos dejó un partido bien distinto al de Munich. El equipo local, el Chelsea, era el que contaba con la superioridad, y con el tipo de jugadores que tenía en el campo, Hazard, Fábregas, Matic, Oscar y Ramires, hacía pensar que los blues se harían con el balón y cerrarían la eliminatoria rápidamente. Sin embargo, la realidad fue muy diferente, un valiente PSG, con unos colosales Motta y Verratti, y un muy inteligente Pastore, pasaron por encima de poblado centro del campo blue. Con un jugador más, el conjunto de Mourinho no consiguió hacerse con el balón, y lo peor es que no tenía mucho interés en hacerlo. Cuando consiguió ponerse por delante, con el gol de Cahill a la salida de un córner, la manera más rápida de cerrar el partido sería dominar el balón y hacer correr a un equipo que estaba francamente cansado. Blanc, valiente en los cambios, sacó al campo a Rabiot y a Lavezzi por Matuidi y Verratti. El entrenador galo se la jugaba, y lo hacía con jugadores que le garantizarían el control de balón. El PSG dominó al Chelsea con uno menos, y en un córner encontró el premio de la prórroga con el gol de David Luiz. Cuando ya parecía que el Chelsea tenía el cansancio del PSG cómo aliado, más la superioridad numérica, Mourinho dio entrada en el centro del campo a Zouma y volvió a renegar del balón. Con este cambio, Mourinho intentaba tapar el agujero que le estaba haciendo el PSG en su medio campo, que aún siendo más poblado, no conseguía hacerse con el control del balón. El resto del partido es conocido, el Chelsea se volvió a poner por delante, repitió su error y volvió a ser pagado con la misma moneda. La duda, es que hubiera pasado si Mourinho le hubiera discutido el balón a Blanc con uno más. La valentía del galo tuvo premio, y el excesivo celo defensivo del portugués le salió caro.

 El tercer partido en discordia, es el que vimos ayer en Cornellá. La expulsión de Miranda, más que merecida, dejaba al Atlético con diez. Simeone, que no quería romper su engranaje defensivo, lo tuvo claro. Torres al banquillo, Giménez en su lugar y Griezmann como referencia. El Atlético siguió con su idea, y dio entrada a Arda para controlar el balón. Sergio por su parte, decidió dar entrada a un jugador de medio campo para controlar el mismo, pero el Atlético quería llevarse los tres puntos. Los colchoneros, siguieron haciendo lo mismo con diez que con once. La expulsión no cambió sus planes, y un acertado Casilla evitó que así fuera. A diferencia de los otros dos partidos, en este el perjudicado por la inferioridad siguió con su plan, dándole poca importancia a lo que el rival hiciera. No lo hizo a través de la posesión, sino ordenando sus piezas de forma que pudiera seguir el mismo plan de juego. No le salió bien a Simeone, pero en un partido que no fue de los mejores del año, los colchoneros pudieron llevarse los tres puntos a pesar de jugar con diez una parte entera. 

 Jugar contra diez, a priori siempre es más fácil, ya que el otro equipo contrario no puede ocupar los mismos espacios que antes, pero si le entregas el balón y no le presionas cómo hizo el Chelsea, lo más probable es que no consigas hacerle daño. Sin embargo, si aprovechas esa debilidad, cómo hizo el Bayern, el rival no tiene nada que hacer. Y si eres tú el que se queda con diez, puedes hacer lo que hizo Blanc, e intentar dominar el partido, algo que será muy difícil, pero que puede darte resultado. Sino, siempre puedes hacer cómo Simeone y reajustar tus piezas para seguir haciendo lo mismo. Al final, todo depende de como encares la inferioridad o la superioridad, pero si haces lo que el Chelsea, la moneda caerá muy pocas veces de tu lado.

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