Récords de otro mundo
Comenzaba la semana Messi, rompiendo la histórica cifra de Zarra en Liga con su hat-trick al Sevilla. La voracidad con la que Leo, se lanzó a por el pase que Neymar había enviado casi a la línea de gol, nos da una idea de las ganas que tenía el argentino de superar un récord, que se le resistía en las últimas jornadas. Leo marcó un gol de goleador nato, y el Camp Nou y sus compañeros se rindieron a él. Ya no solo era el máximo goleador de la historia del Barça, sino que se convertía en el máximo goleador de la Liga por delante de una leyenda de la misma.
Hace años, cuando comenzaba a ver fútbol, me perdía curioso en los datos de máximos goleadores, y de mayor número de goles en una Liga. Esos récords, los ostentaban leyendas cómo Zarra o Hugo Sánchez. El primero con un promedio impresionante, que me parecía de otro mundo. Don Telmo, había logrado la friolera de 251 goles en 277 partidos, o lo que es lo mismo, 0,91 goles por partido. Aquello me parecía insuperable, y Liga a Liga, veía que ningún jugador se acercaría jamás a esa cifra. Raúl, que tras quince temporadas en el Real Madrid consiguió marcar 228 goles, necesitó nada más y nada menos que 550 partidos. De nuevo, en los tiempos modernos, la comparación con el extraterrestre Zarra parecía una broma de mal gusto. Por otro lado, el récord de Hugo Sánchez parecía aún más imposible, ya que equivalía a marcar un gol en cada una de las jornadas de la Liga. Es decir, marcar los 38 que había logrado Hugo en la Liga de los 107 goles, supondría llevar una media parecida a la de Zarra durante su carrera, un gol por partido. Hubo quién llegó a 33, a 34 e incluso a 35, pero nadie rebasaba la mágica cifra de 38. Además, los 38 de Hugo tenían una peculiaridad. los había marcado todos al primer toque, o de un solo toque, lo que llevaba el récord a una dimensión inalcanzable. Veía ambos récords imbatibles, solo al alcance de jugadores cómo Raúl, que comenzaban su carrera muy pronto y mantenían una buena media de goles durante su carrera, pero nadie superaría a Zarra en efectividad. El de Hugo, tendría que ser batido por un goleador total, que pudiera marcar de penalty, de falta, rematar de cabeza y de todas las formas posibles. No conseguí ver a ninguno que se acercara a los guarismos del mexicano, y no contaba con verlo. Cuando ya había perdido todas mis esperanzas, llegaron ellos.
Diez años hace del debut de Messi en el Barça, y diez años hace de su primer gol. Un genial pase de Ronaldinho, por aquel entonces genio de la lámpara e ídolo de la afición culé, era culminado por Leo con una vaselina al alcance de los elegidos. Ahí comenzaba la cuenta, era el primero de los 252 que seguirían para llegar a su cifra actual. Nadie contaba en aquel momento, y creo que tampoco Leo, con que diez años después, se convertiría en el máximo goleador de la historia de la Liga. Este récord, hay que analizarlo de muchas maneras. La primera, cómo algo que solo puede hacer un elegido para la gloria. Leo, que cabe recordar que sufrió un calvario de lesiones hasta la llegada de Guardiola, ha conseguido batir el récord en 289 partidos, necesitando doce más que Zarra. La cifra puede ser engañosa, ya que Leo comenzó a jugar minutos sueltos con Rijkaard, y no pudo disputar partidos enteros debido a sus lesiones, lo que dota al récord de una complejidad mayor. Con la llegada de Pep, Messi comienza a explotar su facilidad goleadora, algo que ayudaría a que el Barça reinara en cualquier competición que se propusiera. Messi comenzó a jugar con total libertad, deshaciéndose de la cadena que lo ataba a banda izquierda en la época de Rijkaard, y eso se tradujo en un torrente de juego y goles nunca visto en el argentino. Leo explotó, y las cifras de goles comenzaron a subir cómo la espuma. Leo hacía goles de todos los colores. Comenzó a lanzar faltas y penaltys, y sus cifras eran cada vez mayores. Llegó el primer Balón de Oro, y el mundo empezaba a rendirse al de Rosario. El Real Madrid, incapaz de luchar contra aquel equipazo, tira la casa por la ventana con la vuelta de Florentino Pérez, y ese verano llega a Madrid el predecesor de Messi en el Balón de Oro, Cristiano Ronaldo.
La llegada del portugués, daría comienzo a la competición goleadora más grande de todos los tiempos. En una lucha sin cuartel por ser el mejor, y por ser el que más goles marcaba, Cristiano y Messi, Messi y Cristiano, se enfrentaban en un duelo que aún sin terminar, ya ha pasado a los anales de la historia. Si el sábado Messi hacía un doblete, el domingo Cristiano le contestaba con un hat-trick. Si Cristiano marcaba un hat-trick, Messi respondía con un póker de goles. Una batalla contra el otro, pero sobre todo contra uno mismo. Ambos exploraban el límite del adversario, y a la vez el suyo propio. Messi se llevaba el Pichichi de la 2009/2010 con 34 goles en 35 partidos, una cifra que se iba acercando al récord de Hugo, que había logrado cuatro goles más en los mismos partidos. Aquella marca mítica, parecía temblar ante la voracidad de los dos contendientes. En su épica batalla, y con el Madrid plantando cara al Barça en la 2010/2011 con la llegada de Mourinho, el duelo se decantó para Cristiano. El portugués, en una actuación increíble, lograba superar el récord de Hugo, aquel que no pensé que se batiría nunca, y no solo lo batió, lo pulverizó. El portugués marcó la friolera de 41 goles en 34 partidos, es decir, marcó tres goles más que Hugo, jugando un partido menos. La cifra no bastó a Ronaldo para llevarse el título de Liga, pero lo hacía entrar en la historia de la competición. Al año siguiente, en una nueva batalla por el cetro de máximo goleador y de mejor jugador del mundo, las cartas se invirtieron. Cristiano se llevó la Liga, con el récord goleador para su equipo, 120 goles, y el récord de puntos, 100. Sin embargo, en el último año con Guardiola, Messi se encargó de registrar una marca estratosférica, y que me atrevería a decir que jamás será superada, pero con estos dos colosos nunca se sabe. Leo conseguía marcar 50 goles en Liga, en 31 partidos!!! Una marca al alcance solo de un marciano, 1,61 goles por partido!! Al año siguiente, ambos bajaron un poco el pistón, y Leo se llevó el Pichichi con 45 goles, lo que le valdría una nueva Bota de Oro. En la última temporada, y sin la voracidad de anteriores campañas, Cristiano se lo llevó con 31, dejando que un "mortal" cómo Luis Suárez, que empató con él, se colara en el premio que dominan ambos desde que juegan juntos en la Liga.
El récord de Hugo cayó, y fue superado hasta en tres ocasiones, primero por Cristiano y luego por Messi en dos veces. Este duelo al sol, no hacía más que poner en peligro el récord de Zarra. Con temporadas de más de cuarenta goles cada uno, la lógica indicaba que el bueno de Telmo aguantaría poco su récord. Ante el Sevilla, y después de empatar a Zarra con un soberbio gol de falta, Leo se lanzó cómo si fuera una final de Champions a por el balón que puso Neymar. Era consciente de que su récord estaba ahí, y cómo el niño que marcó su primer gol al Albacete, Leo empujó el balón a las mallas. Sus compañeros lo mantearon, el estadio coreó su nombre, y desde algún sitio, Telmo guiñó un ojo al argentino para reconocer su gesta. Al igual que hiciera Hugo Sánchez cuando su récord fue batido, estoy seguro que si Zarra siguiera entre nosotros, se alegraría de que su récord fuera superado por un jugador de estas dimensiones. El récord del otro mundo era superado, pero no es un récord que se quedará ahí, ni mucho menos. Leo seguirá marcando, básicamente porque tiene veintisiete años, y mientras siga en el Barcelona ese récord irá en aumento. Cristiano va a estar al acecho, aunque esté a 56 goles del argentino, pero la lógica dice que Leo retendrá el récord por muchos años, ya que es más joven que el portugués y salvo lesión, lo normal sería que Leo dejara el fútbol más tarde que el luso. Si no fuera así, Leo ya ha pasado a la historia, y si no es Cristiano, dudo mucho que ningún futbolista consiga batir lo que Leo ha hecho. Es algo sobrenatural, solo al alcance de los elegidos, y la suerte que tenemos, es que dos de ellos juegan cada fin de semana para pulverizar marcas que ya no parecen de mortales.
Ayer, en un récord más "humano", Leo superaba a Rául cómo máximo goleador de la Champions League y Copa de Europa. El argentino, con su hat-trick al Apoel, dejaba atrás los 71 goles de Raúl para dejar el registro en 74. Hoy, Cristiano juega ante el Basilea, con la intención de acortar la distancia con Messi, en un duelo al sol que se extenderá hasta que uno de ellos se retire, ya que no parece que vayan a dejar de jugar la Champions ninguno de los dos. El récord de la Champions era más factible, por el gran volumen de goles que ambos han marcado las últimas temporadas. Sin ir más lejos, Cristiano superó el año pasado un récord de Leo, el de más goles en la competición, dejando en 17 una marca que estaba en 13. Seguramente, Leo intentará superar ese registro este año, y si lo logra, Cristiano querrá superarlo el siguiente. Es una batalla continua, en la que el que se descuida, tiene que ver cómo el otro supera un récord que parecía destinado a él. No sé donde pararán, ni siquiera donde tiene cada uno su límite, pero lo que tengo claro es que jamás volverá a verse algo así. Sería muy aventurado decir que estamos ante los dos mejores jugadores de la historia, pero sus cifras de los últimos años, nos hacen pensar que estamos ante los dos mayores goleadores de todos los tiempos. Leo ha batido dos récords históricos esta semana, mientras Cristiano se ha convertido en el primer jugador en marcar 20 goles en las doce primeras jornadas de Liga. Suman y siguen, y no tienen intención de parar. Esperamos por el siguiente capítulo de esta batalla épica. Mientras tanto, nos los comparen, disfrútenlos!!!
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