La vida sin Xabi

En la pasada Copa Confederaciones, la Selección Española, se presentaba como principal favorita junto a la anfitriona Brasil. Llegó la cita, y días antes del comienzo, se confirmaba la baja de Xabi Alonso en el torneo. Se abría un debate sobre si España echaría de menos a Alonso o no. Aunque el resultado de la final, no demuestra para nada la diferencia entre ambos equipos, la participación del tolosarra, hubiera, sino mejorado, por lo menos, ofrecido alguna variante más. Lo mismo es extrapolable a su club, el Real Madrid. Los de Concha Espina, acusaron el el tramo final de la temporada, el handicap de jugar con un Allonso que no estaba al cien por cien. Ahora que comienza el nuevo curso, y sin fecha definida para la reaparición del 14 blanco, la duda, es si el Madrid acusará la falta de su brújula, o encontrará en su fondo de armario un sustituto temporal del vasco.


La rumorología, pan nuestro de cada día en el planeta fútbol, habla de que la relación entre las dos X de la selección, Hernández y Alonso, se ha deteriorado a raíz de aquel carrusel de clásicos, que elevó el termómetro de los mismos hasta límites nunca vistos. Tanto uno como el otro, defendían los colores de sus equipos,y según nos cuentan, se trasladó al vestuario de la Roja. Ni me creo, ni me dejo de creer esas informaciones, para mí, los buenos jugadores se entienden en el campo, solo con mirarse, y hasta la fecha, tanto uno como el otro, han jugado juntos sin problemas. Problemas aparte, Alonso, ha elevado su peso específico en la casa blanca, con cada partido que ha jugado. Su jerarquía, sus colocación y su posición clave en la presión diseñada por Mourinho, lo hacían un jugador imprescindible para el de Sétubal. Cuando Xabi no jugaba, el Madrid lo notaba, de hecho, el tramo final de temporada, Mourinho lo reservó en los partidos de "paja", consciente de que su pubalgía, algún día le haría parar. El portugués, delegó desde su llegada, las dotes de mando en el de Tolosa . Con Alonso como mariscal de campo, y su escudero Khedira, el Madrid, llegó a ejercer una presión asfixiante en los mejores partidos de Mourinho. Khedira hacía el trabajo sucio, pero Alonso también bregaba, la diferencia, es que la salida de balón, siempre la ponía el  vasco. Se insertaba entre los centrales y "recogía" el balón para comenzar el "reparto". Con una visión de juego privilegiada y un desplazamiento en largo, solo comparable al de un pateador de Rugby, Alonso surtía a Ronaldo y Di María, cuando empezaba la estámpida. Balones a la espalda de los laterales, para las entradas de sus compañeros velocistas, o el simple apoyo para descargar y tocar, hacían de Alonso, el eje central del engranaje blanco. Dueño del balón parado (siempre que no esté en posición Cristiano), sus centros han servido a Ramos y Varanne en innumerables ocasiones, el propio Cristiano, también se ha beneficiado de la precisión del vasco.

Durante el pasado curso, y como desde su llegada a la casa blanca, cada vez que Xabi se acercaba al ciclo de tarjetas, el Madrid tiritaba. La falta de un recambio de garantías, Sahin se lesionó antes de poder demostrarlo y Modric que no encajaba en la posición de Alonso, sino a su lado, hacían que el miedo a perder a Xabi fuera casi terror. La parte final de la temporada, se le hizo larga y dura, a un Madrid que no jugaba sin su clave de sol al cien por cien. Probablemente, con Alonso en plenas facultades, la eliminatoria con el Borussia, hubiera tomado otro cariz, Mourinho, consciente de ello, rodeaba al 14 de lugartenientes, pero las ayudas no eran suficientes, Xabi no daba para todo. El Borussia pasó por encima del Madrid en Dortmund, con un mal partido del tolosarra. La temporada acababa con la final de Copa ante el Atleti, otro tropezón que mandó la temporada al traste, con todos los objetivos perdidos, Xabi tenía que parar.

Y llegó la Confederaciones, faltaba Alonso, y se notaba, su compañero de pivote, Busquets, parecía buscarlo en la presión. Lo rodearon de fenomenales jugadores, pero el día que más necesitaba a su socio en la Roja, no lo encontraba, y Brasil, corrió a los huecos en los que debería estar Alonso. El final es conocido por todos, pero quién sabe si el resultado hubiese sido diferente, si Paulinho tuviera que ocuparse de tapar a Alonso y soltar más a Xavi, el propio Alonso, buscaría la espalda de Marcelo y Alvés, sobre todo cuando entró Navas.

La pregunta es, si el nuevo Madrid de Ancelotti, sobrevivirá a la baja de Alonso en el primer tramo de la temporada. Cuando vuelva, seguro que encontrará un sitio. El rol, ya es cosa de Ancelotti, aunque el dandy de Tolosa, seguramente tomará de nuevo el mando de las operaciones de la nave blanca. En cuanto a la selección, la duda es si volverá a tener protagonismo, o Del Bosque irá dando paso a los nuevos. En mi opinión, con las dos X, Busquets sería mucho más feliz.

Mientras tanto, solo nos queda esperar, y seguir con la vida sin Xabi

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