La papeleta del Tata

Confirmado ya el fichaje del Tata Martino como nuevo técnico del Barça, es el momento de hacer una pequeña reflexión sobre los últimos acontecimientos acaecidos en Can Barça.

Tras el forzado adiós de Tito Vilanova, debido a una nueva recaída en su enfermedad, se volvió a las especulaciones sobre quién debería ocupar el banquillo barcelonista. El famoso entorno empezó a opinar y rápidamente salieron los nombres de Koeman, Valverde, Rijkard, Laudrup, Luis Enrique y el propio Tata, incluso Bielsa sonaba como futurible. Pero desde la aparición de Guardiola, el puesto de entrenador del Barça es algo más, todo el que venga, desgraciadamente para él, lo va a pasar realmente mal con la comparación. El debut soñado de Guardiola, ganando seis títulos su primer año y practicando un fútbol de ensueño es algo que nadie va a poder repetir, todos somos conscientes de ello y en Can Barça también; el camino a tomar, eso ya es otra cosa...

Cuando los cimientos del Barça de Guardiola empezaban a moverse, en su último año, críticas a las alineaciones en partidos importantes, eliminación de la Champions contra el Chelsea, perder la liga de los records con el Madrid de Mourinho, el atisbo de un pequeño distaciamiento con la directiva culé y el director deportivo Andoni Zubizarreta, parecía que anunciaban la no renovación de Guardiola. Como siempre Pep cumplió y se fue ganando la final de la Copa del Rey a aquel Athletic de Bielsa que lo hacía firme candidato a sustituirlo. El revuelo y las especulaciones sobre su posible sustituto ocuparon páginas de periódicos y horas de televisión. Lo que nos cuentan desde el club es que en cuanto Pep comunicó que no seguía, la primera opción fue Tito, si así fue, era una apuesta continuista, mismo método, mismo estilo, mismo conocimiento del equipo, mismos valores.

Dicen los periodistas cercanos al Barça que Guardiola ya no se veía capaz de llevar el equipo sin  tener que "prescindir" de algunos de sus baluartes, a su criterio, era el momento de ir dosificando a Xavi, Puyol y dar paso a jugadores de la cantera, Piqué, Cesc y Alves parecía que ya no tenían la misma relación con Pep, y antes de ser un estorbo decidió irse. Tito cogió el equipo, todo el mundo tenía muchas dudas, pero a las pocas jornadas todos comprobaron que el equipo funcionaba igual. Con algunas variantes tácticas como los laterales muchos más profundos, la llegada de Alba contribuyó a ello, la linea defensiva más adelantada y Messi confirmado como falso nueve. Esa defensa adelantada y unos laterales tan largos eran un riesgo, pero era una variante para los equipos que ya tenían tomada la medida al Barça, sin embargo en la Supercopa de España el Madrid jugó a la espalda de los centrales con Cristiano y Di María y se empezaron a ver las primeras lagunas. La temporada siguió y el Barça seguía solventando sus partidos con facilidad y con goleadas continuas, la recaída de Tito volvió a ser un duro golpe, para una plantilla que seguía tocada por la enfermedad de Abidal. La adversidad los hizo fuertes y siguieron luchando. Tito desde Nueva York supervisaba todo, pero rápido comenzaron las primeras críticas, el hueco que Roura dejaba a su lado en el banquillo, era más que simbólico, el Barça tenía a su entrenador lejos y empezaron a pagarlo. En ese momento la reacción del club fue ejemplar, apostaron por confiar en el equipo técnico de Tito y en el propio Tito, a toda costa. El Barça ganó una liga que no tenía historia desde febrero y fue vapuleado en Champions por un Bayern física y mentalmente superior. Xavi decía que el 0-7 no era la diferencia real entre los dos equipos, a algunos puede que se lo parezca, pero creo que solo demuestra el agotamiento físico y mental de una plantilla que llegó saturada a final de temporada.

Con la nueva temporada a punto de empezar, con el revuelo del fichaje de Neymar y los posibles choques con Messi, el curso futbolístico del Barça se presentaba cuanto menos interesante. Pero el ruido de sables de Guardiola desde Munich contra la directiva, la respuesta de Rossel y sobre todo la de Tito, prendieron de nuevo la mecha al entorno culé. La enfermedad de Tito ha sido un traspiés importante para una directiva que no tenía plan B. Con Roura y Rubi de interinos tocaba buscar candidatos. Y aquí viene el dilema, continuismo o novedad. La línea marcada en Can Barça durante estos años ha sido apostar por gente de la casa, con conocimiento de la cantera y con el mismo estilo, pero ese perfil reducía mucho los candidatos. Oscar Gracía Junyent acabó mal con la directiva culé por su concordancia con Laporta y salió por la puerta de atrás, Eusebio no salió por ningún lado, desconozco si por su propio interés o del propio club, Roura y Rubi fueron descartados al momento. Por lo tanto solo quedaba un candidato de la casa, Luis Enrique, recién fichado por el Celta y probablemente el más apto para el puesto. Conocimiento de la cantera, de la estructura del club, del "entorno", del gusto futbolístico de la afición, pero con contrato en vigor con el Celta, aunque en su contrato figurara una cláusula de tres millones si un grande venía a por él, no sería propio de los valors que ha demostrado el Barça en los últimos años. Por lo tanto el Barça tomó el camino de la novedad. El Tata ha demostrado su gusto por el buen fútbol tanto con la selección Paraguaya como con Newells, presión asfixiante y continuo movimiento de balón, avalado por Messi ( y por su padre), llega con una díficil papeleta, superar lo hecho hasta ahora o simplemente igualarlo, el reto es difícil, el objetivo casi imposible.

Llega a un Barça con nueva figura, que tendrá que encajar con Messi, Xavi, Iniesta, Cesc y Pedro por poner algún ejemplo de jugadores de ataque. La adaptación o no de Neymar marcará el sino del Barça de este año, si Neymar se adapta rápido y el estilo del Barça sigue siendo el mismo, podemos presenciar una temporada impresionante de los culés, pero si Neymar no engrana con el resto de las piezas del reloj culé y los resultados empiezan a no ser favorables, al Tata lo estarán esperando. La directiva será el centro de las críticas y el modelo se pondrá en solfa, Laporta estará atento y el eco de las elecciones enturbiará al del fútbol.

Por todo esto el Tata tiene ante sí el mayor desafío de su carrera, fracasar es lo más probable, pero si sale victorioso de su "batalla" contra todos los elementos que auguran su fracaso, habrá ganado algo más que títulos con el Barcelona.

No quería terminar sin enviar todo mi apoyo y ánimo a Tito Vilanova y a toda su familia, esperando su pronta recuperación.

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