Hasta pronto Xavi
Lo que era un secreto a voces, que se venía barruntando desde el año pasado, ha sido confirmado por el propio Xavi Hernández esta mañana en Barcelona. Xavi, se irá a Qatar al finalizar la temporada para continuar allí su carrera. El Barcelona ha insistido hasta el final para que Xavi se quedara, pero el de Terrasa ya había tomado la decisión. Se va un centrocampista único, un jugador diferente, un jugador irrepetible.
Tras diecisiete temporadas en el club, ocho Ligas, tres Champions, con una cuarta al alcance de la mano, dos Copas del Rey, con la tercera en el horizonte, seis Supercopas de España, dos Supercopas de Europa y dos Mundialitos de Clubes, Xavi se va cómo el futbolista más laureado de la historia del Barça. A su enorme palmarés con su club, hay que añadir dos Eurocopas con la Selección, y dos Mundiales, uno sub-20 y el de Sudáfrica. Xavi es el futbolista español más laureado, y si gana alguna de las dos finales que le quedan, desempatará con Gento en cuanto a títulos conseguidos con su club. Una leyenda, sobrepasando a otra. Sin embargo, y más allá de los títulos, que son importantes, la influencia de Xavi en su club y la Selección son el verdadero legado del de Terrassa.
Heredero directo de la filosofía implantada por Cruyff y Rexach, Xavi representa el fútbol del Barça a la perfección. Antes de su aparición en el primer equipo de la mano de Van Gaal, el Barça se había especializado en sacar mediocentros organizadores. Milla, Guardiola, Celades e incluso De la Peña en menor grado, eran el cerebro tipo que salía de La Masía. Xavi llegó al primer equipo con la "cruz" de ser el sustituto de Guardiola, el dueño del eje del Barça de Cruyff que maravilló al mundo. La tarea no era fácil. y rápido comenzaron las odiosas comparaciones con el ya capitán del Barça en aquel momento. Xavi no se amoldaba a aquella posición, y Van Gaal jugaba de una manera en la que Xavi no podría brillar. Sin embargo, y cuando Van Gaal tenía el agua al cuello en un partido en Valladolid, un gol de Xavi salvaba al holandés de un despido seguro.
Con la marcha de Guardiola, las miradas se tornaron hacia Xavi, del que se esperaba que tomara el relevo del de Sant Pedor. La presión para el joven Xavi era inmensa, y se ha sabido que incluso llegó a plantearse dejar el Barça. Tras una larga travesía en el desierto, en la que el club estuvo cinco años sin ganar nada, Rijkaard, recomendado por Cruyff a Laporta, llegaba al club para darle un aire nuevo. Con el holandés en el banquillo, Xavi adelantó su posición, y comenzó a ser una pieza fundamental del equipo. Todo giraba en torno a Xavi, y con un espectacular Ronaldinho, empezaron a levantar los cimientos del mejor Barça de la historia. Luego llegó Eto´o, que entendió perfectamente que los pases de Xavi podrían hacerlo determinante. La conexión con el camerunés, dio goles y goles al conjunto azulgrana, y el Barça se convirtió en una apisonadora. Llegaron los primeros títulos de la era Rijkaard. pero uno hacía especial ilusión a Xavi y al barcelonismo, y ese no era otro que la Champions, título que se resistía desde aquella final de Wembley ante la Sampdoria. La final de Paris, ante aquel Arsenal de Henry, fue el primero de los títulos grandes que abriría la senda victoriosa de los culés. La primera piedra de un equipo que ya ha pasado a la eternidad, y que será difícilmente repetible.
Si la llegada de Rijkaard fue un punto de inflexión en su carrera, cuando Guardiola asumió el mando del equipo, Xavi entró en el mejor momento de su carrera. Eje del equipo, centralizando y repartiendo el juego a sus anchas, comenzó a hacer mejores a todos sus compañeros. Es cierto que Messi fue, es y será la pieza determinante de todo, pero Xavi hacía moverse al equipo con su batuta, y eso no es discutible. Su enorme conexión con Iniesta, y la compenetración con un recién llegado Busquets, hicieron del Barça el mejor equipo del mundo. Xavi tocaba y se movía, haciendo un esfuerzo generoso para dar una salida a sus compañeros, siendo casi siempre el que más kilometros recorría del equipo. Verlo moverse por el campo, sin ni siquiera correr, solo trotando, pero dando un respiro a la presión rival, era una auténtica delicia. Luis Aragonés, sabio donde los haya, entendió que la Selección debería hacer lo mismo, construirse en torno a Xavi y dejarlo fluir. Cómo no podía ser de otra forma, y rodeado también de la mejor generación de futbolistas españoles de la historia, Xavi aceptó el envite y se puso al mando de la mejor Selección de la historia. Dos Eurocopas, y un Mundial después, en los que fue una de las piezas más importantes, sino la que más, dieron la razón a Luis.
Hoy se ha despedido uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, y quizá uno de los menos valorados. Xavi no saldrá en las listas de los mejores, y se le negó un Balón de Oro que deberían haberle concedido el año que ganó todo y encima fue campeón del mundo. Xavi se retira sin un Balón de Oro, pero puede irse con la tranquilidad de que donde ha jugado, siempre ha sido el mejor compañero para los suyos. Quizá esa sea la virtud de Xavi, que siendo el mejor, hacía mucho mejor a los que le rodeaban. Sería aventurarse demasiado decir que Messi no sería lo mismo sin Xavi, porque quizá estemos hablando del mejor futbolista de la historia del fútbol, pero seguro que Xavi ha contribuido al crecimiento de Messi cómo jugador. El caso de Messi, y en mayor medida, es aplicable a los Iniesta, Busquets, Pedro, Eto´o, Villa, Silva, Alonso, Torres y compañía. Sin Xavi, todos habrían sido grandes jugadores, sobre todo Messi, pero les habría faltado el compañero que siempre los veía antes, el que les daba el balón en el momento preciso, el que les hacía mejores, el que nunca les daba un balón en malas condiciones. el que siempre estaba a su lado para recibir el balón cuando lo necesitaban, al que le podían meter en un pequeño problema porque él lo solventaría con su famosa croqueta, al que pasara lo que pasara, no le temblarían las piernas con el balón en los pies, al que pase lo que pase, y venga quién venga, saben que ha sido y será el mejor. Los números de Xavi son indiscutibles, al igual que su talento, y seguro que se convertirá en entrenador cuando cuelgue las botas. Por esa misma razón, no es el momento de decirle adiós, sino de darle las gracias por todo lo que ha dado al fútbol. Por lo tanto.
Hasta pronto Xavi.
Comentarios
Publicar un comentario