Sobre la vuelta de Bezema

  Tras seis años de ausencia en la selección nacional gala, Deschamps daba la noticia internacional del año. Benzema volverá a vestirse de bleu en la próxima Eurocopa. Más de dos mil días después, tras una ausencia incomprensible, el delantero francés formará parte de uno de los ataques más temibles de la Eurocopa.


 Desde aquel 8 de octubre de 2015 ante Armenia, donde por cierto Benzema anotó su último gol con la selección, Francia ha prescindido de uno de sus mejores jugadores durante seis años. No se puede decir que le haya ido mal. Han sido finalistas de su Eurocopa en el 2016, ganado el Mundial de Rusia de 2018 y ha asentado una generación que se ha ganado el respeto del resto de las selecciones europeas y mundiales. Sin embargo, en esta racha victoriosa, siempre ha habido una pregunta que atormentaba a Deschamps en todas las ruedas de prensa. La ausencia de Benzema, llegó a convertirse en un problema de estado. La sombra del racismo, mencionada por el mismo Benzema, llegó al punto en el que Deschamps se encontrara su casa de verano con una pintada en la que se le llamaba racista. Deschamps, dijo que aquello era la gota que colmaba el vaso, que el tema Benzema estaba zanjado y que no había vuelta atrás. Tras eso, el propio Benzema, inmerso en una polémica con el presidente de la federación, incluso solicitó que le dejara jugar con Argelia. Parecía que era un tema que se había terminado para siempre, pero con la llamada de Deschamps para la Eurocopa, Benzema tiene su nueva oportunidad.

 Durante estos seis años de ausencia, polémicas aparte, Francia se ha perdido los mejores años de Benzema. El francés ha llegado estas dos últimas temporadas, quizá coincidiendo con la marcha de Cristiano, al zenit de su fútbol. Ha tomado el rol de goleador del portugués, pero además ha mantenido su nivel de asistencias y sobre todo ha aumentado su importancia dentro del equipo, hasta convertirse en imprescindible en el ataque blanco. A su nuevo rol goleador, además de su inagotable clase, ha añadido un control del juego en todas las zonas del campo, que ha servido a su equipo de desahogo en muchos momentos de presión. Karim siempre da el pase correcto, aguanta el balón el tiempo necesario y siempre encuentra al mejor compañero para darle el balón. Incluso ha desarrollado una vena más individualista, resolviendo jugadas en las que antes prefería asociarse con sus compañeros y que seguramente vengan dada por su aumento de confianza de cara al gol. Todo esto ha beneficiado a su club, con el que no le ha ido mal durante su ausencia de la selección, pero al que le faltaba esta guinda internacional para optar a un trofeo con el que seguramente se le acabará asociando si consigue algo con los bleus, el Balón de Oro.

 En menos de un mes, empezaremos a ver como encaja Deschamps a Benzema en su sistema. Todo apunta a que esta llamada, se debe a las malas sensaciones del parón de marzo, donde no se vio la mejor versión de los franceses. Deschamps quiere mejorar su ataque, porque viendo la temporada de Griezmann y tras haber solicitado a Mbappé públicamente ser más determinante, Benzema puede darle un nuevo aire a su ataque. Que a nadie le soprenda que incluso relegue a Griezmann al banquilo, pero si Francia ya partía como favorita con los Mbappé, Pogba, Kanté, Varane y compañía, la llegada de Benzema le da un plus que la convierte en uno de los rivales a batir. La conexión con Mbappé y Dembélé, lanzándolos tras una de sus famosas descargas, jugando al espacio con sus caídas a banda y la asociación con el centro del campo, pueden convertirlo en el eje de ataque de los franceses. En menos de dos meses conoceremos al campeón, que quizá sea Francia, o quizá no, pero esta Eurocopa ya tiene un aliciente más con Benzema. Nous verrons


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