Un debate más viejo que el fútbol
Cuando casi hace dos siglos, unos señores se reunieron en Londres, en la taberna Freemason para unificar un código único para el fútbol, una de las reglas que quedaron claras fue la siguiente: El partido lo gana aquel que consigue marcar un gol más que su adversario. Desde ese momento, hemos asistido a diferentes visiones e interpretaciones del juego, pero con un único objetivo, marcar un gol más que el contrario. Durante estos más de 150 años, hemos visto a la Hungría de Puskas, posiblemente el ballet hecho fútbol, pero sin embargo una máquina de hacer goles. Para la historia, quedará aquella exhibición en Wembley ante los inventores del fútbol. En este siglo y medio, también hemos visto al nacimiento del Catenaccio, y no por parte de un equipo italiano cómo comúnmente se piensa, sino por un entrenador austriaco del Servette suizo. El señor Karl Rappan, se convirtió en seleccionador suizo, y en el Mundial del 38 decidió ponerlo en práctica. El sistema, consistía en variar el