El Madrid se dispara en el pie, y Mourinho lo logra.

 Los peores noventa minutos de la temporada del Real Madrid, casi dan con la eliminación de los madridistas de la Champions. Un equipo perdido, sin centro del campo, con regalos defensivos incomprensibles y con un punto de suerte (y Casillas) que le ha hecho pasar de ronda. Mientras tanto, en Londres, el Chelsea volvía a hacerlo. Muy al estilo Chelsea, en los últimos minutos, con riesgo hasta el final y con Mourinho corriendo la banda para celebrar el gol.


  
 El Real Madrid salió al césped del campo del Borussia, a lo mismo que hacen las vacas cuando ven pasar al tren, a verlas venir. Ancelotti, sacó su centro del campo más reservón para no perder la pelota ante la presión alemana. Sin embargo, las imprecisiones de Alonso, Illarra, Modric, Pepe, Ramos y Di María mataron al Real Madrid. Cada pase de los blancos, era interceptado por los alemanes. Con una presión asfixiante, los de Klopp empezaban a tender la trampa que había anunciado. Esa trampa, no consistía más que en presionar a los centrocampistas que recibían el balón de espaldas. Cada vez que un jugador del Real Madrid recibía de espaldas, dos jugadores alemanes le presionaban. Sin embargo, el Real Madrid dispondría de su mejor ocasión. Un penalty a favor, tras una mano en el área alemana, que parecía que sentenciaría la eliminatoria. Di María se preparaba para golpear, pero en el momento del impacto, el argentino resbalaba y Weidenfeller paraba. El penalty fallado, era el primer gol a favor de los alemanes, que se venían arriba con el apoyo de su público. 

 El primer gol no tardó en llegar, un fallo garrafal de Pepe, que cedía a Casillas de cabeza casi desde el centro del campo, dejaba solo a Reus delante de Casillas. El alemán, con mucha sangre fría, driblaba a Casillas que evitaba el penalty para no llegar a males mayores. El 1-0 caía cómo un bofetón en la cara del equipo blanco, que no salía de su estado de shock. Alonso fallaba cada pase que daba, al igual que Illarra. Modric no aparecía, y Di María daba vueltas por el campo sin saber a donde. Bale y Benzema ni siquiera tocaban el balón, y todo el Madrid vivía en un ataque de nervios. El colmo de todos los males blancos, fue cuando Illarra falló un pase de espaldas a la portería para asistir a Reus. El alemán, dejaba sólo a Lewandowski, que salvaba la salida de Casillas, que conseguía tocar para que el balón diera en el palo. Sin embargo, el balón caía en los pies de Reus, que empujaba a la red. El estado de nervios del Real Madrid, se convertía en depresión en cuestión de segundos. Las embestidas alemanas seguían, y el Real Madrid pedía el descanso a gritos. Hummels, Reus y Lewandowski, junto al trabajo de todo el equipo, dieron una lección táctica a Ancelotti y los suyos hoy. 

 Tras la reanudación, Illarra dejaba su sitio a Isco. El malagueño entraba para ganar en posesión, pero solo fue un espejismo. Los primeros minutos de la segunda parte, el Real Madrid intentó dominar el balón, pero duró el tiempo que tardó el Borussia en recuperarse del cansancio de la primera parte. Tras ese cortísimo período de tiempo, el Borussia volvió al ataque. Una nueva pérdida de balón, acababa con el balón en los pies de Reus. Alonso no le podía tocar, y el alemán asistía al Mkhitaryan. El armenio tras driblar a Casillas, disparaba al palo, y el Real Madrid respiraba por primera vez. Sin embargo, ese no sería el primer susto. En otra jugada similar, tras pérdida de balón, la pelota quedaba muerta en el área y Casillas obraba uno de sus milagros. Poco después, otra parada del cancerbero madridista hacía que el Madrid respirara de nuevo. Casemiro entraba por Di María para apuntalar el centro del campo, y el brasileño hizo más en veinte minutos, que todos sus compañeros de centro del campo en todo el partido. Cuando el partido agonizaba, el Madrid dispuso de sus primeras ocasiones claras. Una de Benzema, disparando desde la frontal, y otra de Bale que casi pone el 2-1. Sin embargo, el gol del Madrid no llegaba, y el partido moría con el cambio de Varane por Benzema. Las caras de sufrimiento de los suplentes blancos, contrastaban con la cara de miedo de los del campo. El árbitro pitaba, y los jugadores del Dortmund se iban a por el trencilla por el escaso descuento y por un posible penalty no pitado a Reus. El Madrid y el madridismo respiraban, pero la imagen de hoy no es la de un equipo que aspira a todo. Si Ancelotti quiere ganar esta Champions, no puede permitir que su equipo dé esta imagen en Europa, además ahora viene la final de Copa y lo que queda de Liga. Quizá jugando así sirva para ganar en Liga, pero en Champions hay que hacer algo más que salir al campo a pasearse. 

 Mientras tanto en Londres, Mourinho planteaba su trampa para el PSG. Sin embargo, la lesión de Hazard al poco de comenzar el partido, era el primer revés para los de Mou. Schurrle entraba por el belga, y seguro que nadie pensaba que el cambio saldría tan bien. El PSG parecía superado por la situación, no movía el balón con fluidez y su centro del campo sufría para recuperar el balón. Stamford Bridge apretaba, y el gol de Shcurrle llegó. En un fallo defensivo de los parisinos, el alemán remataba sólo en el área pequeña sin que nada pudiera hacer Sirigu. Stamford Bridge enloquecía y el Chelsea comenzaba a creer. A la media hora de partido, Mourinho tenía el partido donde quería, a falta de un gol y con sesenta minutos por delante. Solo Lucas Moura llevaba peligro al Chelsea, con sus diagonales y con su velocidad, pero no era suficiente. Todo habría cambiado, si el árbitro hubiera expulsado a Eto'o por la salvaje entrada que le hizo a Thiago Silva. El camerunés, entraba con los tacos por delante al brasileño que a punto estuvo ver cómo su pierna se rompía a la mitad. La primera parte llegaba a su fin, y parecía que el segundo gol blue, estaba más cerca que el primero de los parisinos. 

 Para la segunda parte, Mourinho tenía preparado su plan. Aguantar los primeros quince minutos, y poner toda la carne en el asador cuando quedara solo media hora. Blanc tampoco reaccionaba, y sacaba a Verratti para dar entrada a Cabaye, en un cambio demasiado defensivo que echó al equipo atrás. Mourinho jugaba su primera carta, y Ba entraba por Lampard. El Chelsea mandó dos balones al larguero, uno de Schurrle, tras asistencia de Willian y una falta de Oscar. El gol blue parecía cuestión de tiempo, pero no llegaba. Faltando diez minutos, Torres era la última bala para Mourinho. El portugués se lo jugaba al todo por el todo, y en una jugada que parecía que no conduciría a nada, el balón caía en los pies de Demba Ba. En el área pequeña, y tras ganar la posición a un Maxwell que se quedó dormido, el delantero blue llevaba la locura a las gradas de Stamford Bridge. Los jugadores del Chelsea corrían hacia al córner, y Mourinho con ellos. El portugués era uno más en la piña de los blues, y aprovechaba el tiempo para dar instrucciones a los suyos. La consigna era clara, ni un solo hueco en defensa. Torres pasó al lateral izquierdo, y Eto'o y Demba Ba eran dos defensas más. Sin embargo el PSG se fue arriba, sabiendo que ya no tenía nada que perder. Dos saques de esquina consecutivos, con Sirigu subiendo a rematar, casi acaban con el sueño blue. En el primero de los córners, una intervención de Cech salvaba al Chelsea. En el segundo, un suspiro fue lo que separó al PSG de las semifinales. Quizá los parisinos echaron demasiado de menos a Zlatan, pero tampoco hicieron nada para llevarse el partido y la eliminatoria. El Chelsea lo ha vuelto a hacer, y ya es semifinalista. Ahora el morbo lo pondrá un posible enfrentamiento entre el Chelsea y el Real Madrid, y viendo lo de hoy no descartaría la sorpresa. Ivanovic se pierde la ida, pero si la vuelta es en Stamford Bridge, puede que asistamos a un nuevo capítulo de las remontadas blues. 

 Ya tenemos dos semifinalistas, uno sufriendo cómo nunca en toda la temporada, y el otro con un golpe moral que lo reforzará muchísimo para las semifinales. Mañana sabremos los otros dos, uno seguramente será el Bayern, y otro saldrá del partidazo del Calderón. Lo que si queda claro, es que tendremos unas semifinales de Champions con mucho morbo. Mourinho puede jugar contra su "amado" Barça, contra su "amigo" Pep, o contra su "verdugo" en la final de Copa del año pasado. Si el destino fuera morboso, nos dejaría a Mou visitando el Bernabéu en una semifinal en la que el fútbol pasaría al segundo plano. Esperemos a mañana y preparémonos para disfrutar de lo que viene. 

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