La mentira del Arsenal

 La temporada, comenzaba con grandes aspiraciones para los gunners. El fichaje de Ozil, era la guinda para una de las mejores plantillas de las que Wenger había disfrutado hasta ahora. Cazorla, Wilshire, Ozil, Ramsey, Arteta, Giroud, Rosicky y compañía hacían soñar al aficionado del Emirates. Sin embargo, y tras un comienzo a un altísimo nivel, llegó el invierno a Londres.


 Cómo en los últimos años, y tras varias exhibiciones, el gélido invierno llegó al equipo gunner. El Arsenal de Wenger, siempre se ha caracterizado por practicar un fútbol de seda. Buen trato de balón, la posesión cómo bandera y el estilo que nunca se pierde. Sin embargo, cuando pasan las navidades, y empieza lo serio, el equipo del alsaciano se desinfla cual globo de helio. Nadie comprende porqué, quizá por un bajón físico, quizá por falta de personalidad de sus jugadores. O simplemente, porque su entrenador no sabe encarar el tramo final de la temporada. Desde aquel lejano año, en el que un fenomenal Arsenal capitaneado por Henry, Vieira, Pires, Bergkamp y compañía ganarán la Premier sin ceder una derrota, los londinenses no han vuelto a ganar un título importante. Año tras año, fracaso tras fracaso, el crédito de Wenger no ha menguado ni lo más mínimo. Bien es cierto, que la marcha de Fábregas, junto con la anterior de Henry, desmontaron un proyecto que parecía que podía ser el de verdad. 

 Un año el Barça los barría con la exhibición de Messi, y Wenger se excusó en la autoexpulsión de Van Persie en el Camp Nou. El holandés también agarró la maleta, buscando un aumento de ficha en el United y una gloria que sabía que no llegaría en el Emirates. La marcha del holandés, fue la guinda que terminó por quebrar el sueño de Wenger de montar una gran escuadra. El Arsenal se hipotecó al montar su estadio, dejando atrás el viejo Highbury y con él su aureola de equipo Top del continente. Parecía que esta temporada, con la gran plantilla que había formado, y con la guinda de Ozil, definitivamenete sería el año. La Premier empezó bien, y el equipo londinense se aupaba a las primeras posiciones. Todo parecía ir de seda para el de Alsacia, pero rápidamente comenzó a torcerse. La eliminación en Champions ante el Bayern, que entraba dentro de lo posible, dejaba la Premier cómo la única opción de título importante para los gunners. Sin embargo, las derrotas con los grandes, además del batacazo ante el Chelsea, 6-0 le endosaron los de Mourinho, hicieron que las sombras volvieran a cernirse sobre el alsaciano. Nadie duda de Wenger en Londres, o quizá ya duda todo el mundo. A diez puntos del líder de la Premier, ya solo queda la FA Cup. La pregunta es, hasta cuando durará el crédito de Wenger? La derrota ante el Everton, deja a los toffes a un punto de los gunners. Si el Arsenal no consiguiera meterse en Champions, tras la lección que Roberto Martínez le endosó el otro día, la temporada será uno de los mayores fracasos en la era Wenger. 

 La excusa del desmantelamiento del equipo por la compra del estadio ya pasó, la de que los jugadores eran demasiado jóvenes e inexpertos también, e incluso la de que la suerte no les acompañaba. Reconozco que soy un enamorado del juego del Arsenal, sobre todo cuando juega bien, y lo hace muy a menudo. Sin embargo, ver descomponerse a este equipo año tras año, es una desilusión continua. Pero creo que no me equivoco, cuando afirmo que Wenger nos ha estado engañando mucho tiempo. Ha creado una ilusión de un equipo que aspiraba a todo, y que se ha descompuesto cuando llega el invierno, cómo siempre últimamente. Quizá Mourinho, no se equivocaba cuando decía que Wenger no tiene miedo a fracasar, porque fracasa siempre. Quizá Wenger, debería preguntarse si su continuidad en Londres es la mejor opción. Pero los aficionados del Arsenal, quizá se merecen una alegría tras tanto golpe. Lejos queda aquella final de Champions, en la que la expulsión de Lehman y la aparición de Larsson, dejaron sin premio a un Arsenal que si el fútbol fuera justo debería haber caído en semifinales ante el Villareal. 

 Tras años enamorado del Arsenal, de su propuesta y de su fútbol. Yo me bajo del barco, ya no me creo a Wenger, ni tampoco la mentira que ha creado en el Arsenal. Creo que un histórico cómo el Arsenal, se merece volver a la posición que le corresponde, y no diluirse cual azucarillo cuando llega lo importante. Con todos mis respetos para Arsene, yo ya no me lo creo. Au revoir. 

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