Sobre el adiós de Xabi Alonso

 Ayer, mediante un comunicado de prensa, Xabi Alonso anunciaba que dejaba la selección española. Sin rueda de prensa, sin preguntas y sin hacer ruido. Alonso, como hace habitualmente en el campo, hizo las cosas importantes sin llamar mucho la atención, pero de manera muy seria y profesional. Pocas horas después, saltaba la noticia de su más que posible marcha al Bayern de Guardiola. Su otrora "enemigo" acérrimo, lo ha reclamado para su proyecto bávaro ante el aluvión de bajas que sufre en el centro del campo. Xabi, que sus razones tendrá, ha decidido aceptar la propuesta del Bayern, dejado así el Real Madrid tras cinco años de blanco. Algunos dicen que la baja no la notará el Real Madrid, otros pensamos que quizá sea uno de los mayores errores que pueda cometer el club.


 Poco o nada hacía pensar que la marcha del tolosarra fuera tan inminente, cuando en la presentación de la nueva camiseta del Real Madrid, la del dragón en el pecho, daba las claves para la nueva temporada blanca. Quizá ya lo tuviera meditado, o hablado con el Bayern para su traspaso, pero no daba la impresión de que el de Tolosa fuera a abandonar la nave blanca. Puede que se haya cuajado en veinticuatro horas, o que ya estuviera negociado de antes. Lo extraño, es que Alonso renovó hace poco su contrato por dos años con el club de Chamartín, algo que daba a entender que el catorce terminaría su carrera en el club blanco. Comenzaba la temporada tras la mala experiencia del Mundial, en el que ya habían sonado ecos de su más que posible salida de la selección. Esto hacía pensar que Xabi querría centrarse única y exclusivamente en su club, ya que sus problemas de pubis y el paso del tiempo podrían empezar a hacer mella en el centrocampista vasco si tuviera que seguir compaginando sus apariciones con los blancos y la selección. Incluso el anuncio de su renuncia a la Roja, antes de conocer la noticia de su posible traspaso, hacían pensar que Xabi quería dedicarse completamente al Real Madrid. 

 Se ha especulado mucho sobre sus razones para abandonar el club, pero creo que las razones reales solo las sabe él. Unos opinan que la llegada de Kroos le ha cerrado las puertas de la titularidad, pero si uno echa la vista atrás, se dará cuenta que el vasco es un fijo para Ancelotti. Desde su llegada al Real Madrid, hace cinco años, el vasco ha sido un fijo para todos sus entrenadores. Más que un fijo, Xabi se convirtió en un imprescindible, ya que cuando el tolosarra estornudaba el equipo temblaba ante su posible baja. Durante estos cinco años, ha sido la manija del equipo, el punto clave de todo el engranaje blanco. Ya fuera con Pellegrini, con Mourinho, o con Ancelotti, Alonso era indispensable para todos y a la vez insustituible. Xabi era el mariscal de campo de todos sus entrenadores, en especial de Mou, que le dio galones de mando en su engranaje táctico. El vasco, que no se ha arrugado nunca, tomó esos galones y marcó el compás del juego madridista. Daba igual que jugara con Khedira, con Modric, con Di María, con Pepe o con Illara, el Madrid jugaba al ritmo que marcaba Xabi y él lo sabía. El año pasado, sin ir más lejos, las ausencias del vasco se notaron y mucho. Bien es cierto que el crecimiento de Modric, que el año pasado explotó, hizo menos notable la ausencia de Xabi, pero en cuanto el vasco volvió se hizo notar la diferencia del fútbol sin Alonso, al fútbol con Alonso. Siempre bien colocado, siempre ofreciéndose, siempre intenso y siempre atento a todo. Baluarte defensivo, clave en la salida de balón y compás del juego, Alonso era el elemento sobre el que giraba todo. Ancelotti, consciente de ello, ha expresado siempre su deseo de que el vasco se quedara, y no creo que esté muy feliz con la marcha de Alonso, ya que seguramente lo echará de menos a lo largo de la temporada.

 Muchos opinan que Alonso se ha quedado sin sitio en el Real Madrid, pero los que piensan eso, creo que se equivocan. Alonso tendría muchos minutos si se quedara, e incluso creo que podría ser titular indiscutible. Bien es cierto que con las llegadas de James y Kroos, el once blanco tiene cada vez menos huecos, pero la confianza de Ancelotti en Alonso seguro que encontraría lugar para el vasco. Su ausencia en la Supercopa de Europa, que coincidió con el partidazo de Kroos, hizo aflorar los primeros comentarios sobre la posible suplencia de Alonso. Sin embargo, en cuanto Ancelotti tuvo oportunidad, lo alineó junto a Modric y Kroos en la Supercopa de España contra el Atleti. De hecho en la vuelta, cuando el que debía ser cambiado era él, Ancelotti eligió a Kroos para abandonar el campo, en una nueva prueba de la confianza del italiano en el vasco. Lo cierto, es que cuando han jugado Alonso, Modric y Kroos,  se han solapado e incluso estorbado. Ha habido momentos, en los tres estaban en paralelo, o se encontraban demasiado cerca buscando un balón que solo podía ser para uno de ellos. Esto ha derivado en imprecisiones, en errores en la entrega e incluso en alguna perdida de balón peligrosa para el equipo. El año pasado, el tercer elemento del centro del campo madridista, que era Di María, dejaba a Modric y a Alonso la salida de balón y se movía para que ellos se lo dieran e iniciar la conducción, pero con la llegada de Kroos, los tres piden el balón en vez de moverse para recibirlo. Esto puede que sea una de las razones de Xabi, que ve que no tendrá los minutos que desea, ya que en los partidos de casa, jugar con tres medio centros sería excesivo para un equipo con tanto talento arriba. Habiendo renovado, sabiéndose pieza clave en el equipo hasta esta temporada, quizá este rol secundario no convenza al vasco, que quiere sentirse importante en los años que le queden al máximo nivel. Es una decisión personal, y seguro que Alonso ha meditado mucho, pero ha de tener algo detrás que desconocemos por mucho que elucubremos.

 Seguramente, Guardiola ha convencido a Alonso de que será pieza clave en su proyecto, y con el sistema de juego del Bayern, el vasco se sentirá más arropado que con el que juega el Real Madrid. En Munich, estará rodeado de más jugadores, que le harán más fáciles las tareas defensivas. Conviene recordar que el año pasado en el Real Madrid defendían, Alonso, Modric, Di María en ocasiones y los cuatro defensas. Demasiado esfuerzo para un jugador que ya sobrepasa la treintena, y que debe seleccionar sus esfuerzos para llegar a los momentos clave de la temporada. En el Bayern encontrará a Guardiola, haciendo así el camino inverso que ha hecho Fábregas que se ha ido a jugar con Mourinho. Pep ya lo quiso para su Barça cuando estaba en el Liverpool, y consigue así tener en sus filas a un viejo deseo, que con las bajas de Thiago y Javi Martínez, le ayudará a terminar de implantar su idea de fútbol en Munich. Ahora Alonso va a conocer el otro lado de la "verdad" del debate eterno entre Mourinhistas y Guardiolistas, y seguro que se convertirá en pieza clave para Guardiola como lo fue para Mou. Muchos no han reparado en que el Real Madrid deja de contar con una de sus figuras, para reforzar a un rival directo en Europa. Veremos si conforme va pasando la temporada, los blancos no se arrepienten de haber dejado marchar a Alonso para ver como triunfa en el Allianz Arena. El fútbol siempre suele dar chance a comprobar estas cosas, y no sería de extrañar un cruce entre bávaros y blancos en Europa. El Real Madrid le ha quitado una de sus piezas claves al Bayern, y el Bayern al Real Madrid. A simple vista, todo el mundo está contento con el cambio, en junio veremos quién sigue contento o quién se lamenta. 

 Alonso deja el Real Madrid como uno de los mejores medio centros de la historia del club, dejando atrás una época negra en la que se buscaba un sustituto de Makelelé como el Santo Grial. Alonso ha dejado la comparación con el galo en irrisoria, ya que su rendimiento ha sido muy superior al del francés. Ahora se va a Alemania a imponer su magisterio en un gran equipo, y seguro que se hará con la manija en poco tiempo. En la selección, Busquets lo echará de menos, y Vicente Del Bosque seguro que también. En el Real Madrid, Ancelotti notará su ausencia, pero también lo hará el público del Bernabéu, que si ya añoraba a un número 14, empezará a echar de menos a otro. Jugador elegante, duro cuando tenía que serlo, tácticamente casi perfecto y con un desplazamiento de balón en largo al alcance de muy pocos. Xabi tenía un GPS en la cabeza, sabía donde estaba su compañero, el rival y siempre sabía donde debía estar él, que es lo más importante. Cierra una etapa exitosa en el Real Madrid y en la selección, y desde aquí esperamos que tenga una igual o mejor en el Bayern. Así que ...

Zorte Ona Xabi!

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