Los pitos a Casillas

 Este post, va mucho más allá de las razones por las que el soberano público del Bernabéu pita a su capitán, y mucho más allá de cómo y por qué comenzaron esos pitos, eso no ya no es relevante. Este post trata sobre la conveniencia de esos pitos, y del beneficio o el prejuicio que puede causar al equipo.



 Este artículo no va a ser una oda a Casillas, ni a sus éxitos pasados, porque esos ya los conoce todo el mundo. Discutir lo que ha dado Casillas al Real Madrid sería una temeridad por parte de cualquiera, aunque seguro que alguno se atreverá a hacerlo. En una temporada que ha comenzado cómo ha comenzado, perdiendo la Supercopa contra el Atlético, naufragando en Anoeta y recibiendo otra bofetada colchonera en casa, el único tema que preocupa en el madridismo son los pitos a Casillas. En el partido ante el Basilea, un plebiscito más sobre el portero blanco, el tema de debate después del partido no fue otro que la intensidad de los pitos contra el capitán del Real Madrid. Nadie ha hablado del incomprensible espacio entre líneas blanco, ni de la facilidad con la que un equipo netamente inferior se plantó ante el propio Casillas tras solo tres pases desde su área. Nadie ha hablado de la fragilidad de un centro del campo que hace aguas, ni de la poca generosidad defensiva de sus delanteros. Tampoco se ha hablado en exceso de la alarmante baja forma de Benzema, ni de la nula posibilidad de un hipotético plan B. No se ha escuchado a nadie decir que Ramos no está ni de lejos a su mejor nivel, y que Pepe está más preocupado de abroncar a sus compañeros que de perseguir a sus rivales. Nadie ha hablado tampoco de que el mejor fichaje blanco, Toni Kroos, no está jugando en su posición y que encorsetado cómo medio centro pierde una de sus mayores virtudes, la llegada al área. No se ha discutido sobre la conveniencia de buscar un acompañante para él y Modric de garantías, ni del suicida 4-2-4 en el que se convierte el equipo en muchas ocasiones. Lo único importante son los pitos a Casillas, y así está el Real Madrid, que no es ni de lejos una sombra de lo que fue el año pasado. 

 En cuanto a los pitos, que es de lo que versa este artículo, es algo que se escapa a la compresión de muchos. Casillas, al igual que antes en el Real Madrid jugadores cómo, Di Stefano, Velázquez, Michel, Guti, Zidane o Cristiano Ronaldo por poner algunos ejemplos de jugadores que han sido algo en este club, ha sido pitado por gran parte del público que acude al Bernabéu. Hasta ahí todo bien, ya que el soberano cuando paga su entrada, tiene derecho a animar, aplaudir, alentar, festejar y celebrar cada jugada de su equipo, pero también tiene derecho a silbar, abroncar, pitar, murmurar o sacar su pañuelo cuando algo no le gusta. Lo que carece de toda lógica, es que se silbe a un jugador en cuanto toca el balón sin haber cometido ni un solo error. Si uno se pone en la situación del equipo que visita el Bernabéu, lo tiene muy fácil. Pide sacar de centro, envía un pelotazo a la portería de Casillas, y lo primero que se escuchará en el estadio será una pitada...hacia el equipo local. Puede parecer una tontería, pero si cuando el Barça. el Atlético, el Bayern, el Borussia, o la Juventus visiten el Bernabéu quieran sacarse la presión de encima, solo tendrán que enviar el balón a Casillas. El aficionado blanco, uno de los más curtidos en noches europeas, debería saber que el factor campo es indispensable en las grandes noches de Champions, y entender que hacerle el "favor" al equipo contrario de hacerlo sentir como en casa es perjudicar a su equipo. De igual manera, también debería comprender que silbar a su portero, que no el lateral izquierdo, ni el delantero, si no su portero, puede suponer un prejuicio mayor para su equipo. El portero, que es la última esperanza de cualquier equipo, tiene que ser el jugador que se sienta más respaldado por el público, ya que en sus manos está que el rival no consiga marcar. Reduciendo el planteamiento, lo que se quiere decir es que al Bernabéu le interesa más un portero que dude por miedo a una sonora pitada, o un portero que no tenga la presión de pasar un examen en cada jugada en la que el balón se le acerca?

 El aficionado blanco, más allá de filias y fobias, debería plantearse si lo que hace beneficia a su equipo o no. Pueden pitar al final, o cuando suenan las alineaciones, pero desde luego no le hacen un favor a su equipo si pitan a Casillas cuando el balón ha comenzado a rodar, Entiendo el pitido si falla, si se equivoca, pero no como norma, ya que eso solo hace que el rival se descargue de una presión que debería ser para él. Si yo fuera Simeone, Guardiola, Luis Enrique o Klopp lo tendría claro, balones a Casillas y que se cansen con él. Mientras todo el mundo sigue discutiendo sobre los pitidos a Casillas, el equipo sigue siendo un desbarajuste donde todo está manga por hombro. Creo que eso debería preocupara más al aficionado blanco que pitar a Casillas, pero cómo escuché una vez a un narrador argentino, el público paga su entrada y con ese dinero se ganan su derecho a noventa minutos de libertad de expresión, culto y decisión. Así pues, hagan lo que crean conveniente, pero desde luego no creo que silbar por silbar sea lo adecuado. 

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