Poco fútbol y mucho Atlético

 Sin sorpresas en las alineaciones, salvo la de la entrada de Jiménez en el Atlético de Madrid cómo segundo punta, el derbi madrileño parecía que sería un episodio más de los múltiples enfrentamientos de la temporada pasada y el inicio de esta. Ancelotti prefería no arriesgar, y Arbeloa jugaba de lateral derecho ante la baja del lesionado Carvajal. En el otro lateral Coentrao, dejando así el peso atacante en los interiores y extremos blancos, ya que el portugués y Arbeloa no son prodigios atacantes. El Atlético por su parte, salía con su defensa y centro del campo de gala. Koke, Tiago, Raúl García y Gabi, formaban la primera línea de presión de los colchoneros.


 Ancelotti apostaba por el once de San Sebastián, con el cambio de Ronaldo por Isco, y el ya mencionado de Arbeloa. James, se ponía detrás de una delantera formada por el propio Cristiano y Benzema, con Bale caído mucho más en banda derecha que de costumbre. Kroos y Modric quedaban como pareja de centrocampistas, y tenían la misión de llevar el balón a los delanteros blancos y saltarse el muro del Atlético en el centro del campo. En el minuto diez, y tras un corner botado por Koke, Tiago remataba en el primer palo ante la mirada de toda la defensa madridista. Otra vez, y en una jugada de defensa básica de cualquier equipo, el Real Madrid se veía sorprendido por los colchoneros. Una vez más, los de Simeone, sacaban petróleo de una acción a balón parado ante los blancos. El gol es un cúmulo de despropósitos, en el que Cristiano y Coentrao se estorban al saltar en el primer palo y ninguno de los dos termina haciéndolo, y luego cuando Benzema marca por detrás a un Tiago que solo tiene que girar la cabeza para poner el primero. Este tipo de jugadas, en las que el Real Madrid sabe que el Atleti le hace daño, deberían tener un plus de concentración del lado merengue, ya que goles como el de hoy no son propios de un equipo de primer nivel. Este problema, parece ya más una cuestión de actitud que de trabajo, porque es francamente preocupante. 

 A partir del gol recibido, el partido cambió, ya que el Atlético lo tenía donde quería y el Real Madrid tenía que irse arriba. Gabi, en un primer tiempo muy flojo, perdió un par de balones que complicaron mucho a su equipo. Bale avisaba con un lanzamiento de falta, en el que la buena intervención de Moyá evitó el primer gol blanco. Minutos después, un participativo Ronaldo, encaró a Siqueira en el área, y tras una bicicleta fue derribado por el brasileño. El propio Ronaldo convirtió el penalty, y el partido volvía a cambiar. Modric y Kroos se hacían con el control del centro del campo, y las acciones de peligro del Atlético solo llegaban de balones largos a Mandzukic, que este peinaba para un desapercibido Jiménez. James intentaba entrar en juego, pero era Cristiano el que más percutía por ambas bandas. El portugués, con mayor libertad de movimientos, se movía por todo el frente de ataque blanco. Un centro suyo, terminó con un remate de cabeza de Benzema que hizo lucirse a Moyá otra vez. El centro del campo colchonero no carburaba, quizá por la ausencia y los errores de Gabi. Koke tampoco aparecía, y Raúl García en banda derecha pierde casi todo su potencial. El primer tiempo terminaba, y la sensación era que el Real tenía más ambición para llevarse el partido que el Atlético. 

 Comenzó la segunda parte sin cambios, y el Atlético salió con la intención de que el Real no fuera tan dueño del balón. En otra perdida de Gabi, el capitán se vio obligado a agarrar a James, viendo así una amarilla que terminaría de convencer a Simeone de que tenía que ser el que abandonara el campo en primer lugar. Pasados los primeros minutos del segundo tiempo, el capitán dejaba su sitio a Arda, y con la entrada del turco cambió el partido. Turan se fue a la banda de Arbeloa, que tenía ya muy poca ayuda de Bale, y desde su pequeño rincón comenzó a gobernar el partido. Koke retrasó su posición, y el Atlético comenzó a adueñarse del centro del campo. De la parte blanca, ni Modric ni Kroos era capaces de conectar con James, Bale y Cristiano. Benzema estuvo desparecido, y dejó su sitio al debutante Chicharito, que tampoco tuvo el mejor debut posible. Solo Cristiano lo intentaba, pero ningún compañero le ayudaba. El Real se diluía, y Simeone daba entrada a Griezmann por Jiménez para ganar en movilidad y velocidad. Isco entraba por Bale, para intentar recuperar la pelota, pero el resultado no fue el esperado por Ancelotti. Una jugada entre Juanfran, Griezmann y un soberbio gesto técnico de Raúl García, terminaba en el gol del Arda, que ponía a los colchoneros por delante. El gol, una auténtica hecatombe de la defensa blanca, fue el fiel reflejo de la segunda parte merengue. El inmenso agujero entre Coentrao, los centrales, y el centro del campo madridista, fue aprovechado por el Atlético para ajusticiar al Real. A partir de ahí no hubo partido, ya que el Real no podía y el Atlético ya no quería. Mateu pitó y el público del Bernabéu también, y quizá con bastante más razón que nunca. 

 El Atlético no se descuelga del Barça, pero el Real Madrid se queda ya a seis puntos de los culés. Demasiada desventaja para los blancos para llevar tres jornadas de liga, y además dando una imagen muy pobre en la segunda mitad. El Atlético hizo su partido, jugando muy poco en la primera parte tras el gol y aprovechando sus opciones en la segunda. El Real Madrid tiene un problema muy serio, no sabe exactamente a lo que juega. Ancelotti, que el año pasado dio con la clave para que el equipo funcionara, va a tener que buscar una nueva fórmula si quiere que el equipo reaccione. Falta conexión entre líneas, jugadores que pierden la posición y la marca, y sobre todo una falta de entendimiento en todo su frente de ataque que no es propia de un equipo de su nivel. Cristiano es una isla, con la que no colaboran ni Bale, hoy desaparecido, ni James, que no parece haber encontrado su posición. Pero lo que es más preocupante, es un Benzema que parece estar atravesando uno de sus momentos de bajo rendimiento de cada temporada. Kroos y Modric necesitan un socio, y ese no aparece, Ancelotti deberá inventarse algo si quiere repetir éxitos, sino va a sufrir muchísimo ante equipos que se encierren. El Atlético sigue a lo suyo, y hoy sin hacer nada del otro mundo, salvo defenderse muy bien, sigue sabiendo perfectamente lo que tiene que hacer para ganar. Simeone sigue con su plan, y ha conseguido que el jugar contra su vecino se convierta en un partido de tú a tú y no en un desfile al matadero cómo lo era antes. El Atlético sigue con la idea del año pasado, el Real Madrid sigue buscando la suya. O esto cambia, o la Liga se la van a jugar entre Atlético y Barcelona. Veremos. 

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