Sin presión, no hay éxito

 Tras el partido de la selección española, y a la espera de la nueva jornada de la Liga, hoy vamos a profundizar en un aspecto al que muchas veces no se le da la importancia que merece en el fútbol actual. Ese aspecto no es otro que la presión, ya sea en la su definición básica o en la presión tras perdida.


 En un fútbol en el que ya se cuida hasta el más mínimo detalle, uno de los que no se le puede escapara a ningún equipo con aspiraciones, es una buena presión. En los últimos años, hemos visto diferentes variantes de la misma, desde la presión del primer Barça de Guardiola, hasta la presión actual del Atlético de Simeone, por nombrar dos ejemplos. Dos estilos diferentes, pero una misma idea, recuperar el balón. En el caso de Guardiola, para volver a tenerlo y no desgastarse, en el de Simeone, para arrebatárselo al rival y empezar a construir para que no construyan los rivales. Sea cual sea el motivo o la finalidad, lo importante es el concepto básico, que cuando uno no tiene el balón, tiene más posibilidades de que le hagan una ocasión o un gol. Parece una perogrullada, pero la norma básica del fútbol es que para ganar tienes que meter un gol más que el contrario, y si tú dominas el balón o la zona donde quieres que este pase más tiempo, tendrás muchísimo ganado. 

 La presión a la salida del rival, puede mostrarse en múltiples formas y varianres. Una de las mejores que he visto, fue la que hizo el Real Madrid de Mourinho al Barça de Guardiola en la final de Mestalla, que los blancos se llevaron con gol de Cristiano en la prórroga. Mou, consciente de la "necesidad" de Guardiola de sacar el balón desde el mismísimo Pinto, y de los problemas del guardameta para jugar con los pies, adelantó la línea de presión de sus jugadores a un nivel que no había llegado antes. Con los centrales abiertos en el saque del portero, ya fuera de puerta o por situación de partido, el Real Madrid llevaba a sus jugadores de banda a tapar a los centrales. De esta forma, dejaba al delantero que tapara a Busquets, eje de todo y a los centrocampistas repartidos entre los laterales y los centrocampistas culés. El resultado, fue un Madrid que obligó al Barça a abusar del balón largo, algo que beneficiaba claramente a los blancos por su mayor corpulencia y superiroridad en los balones aéreos. Otro de los buenos ejemplos es más reciente, y lo vimos en las semifinales del Mundial entre Alemania y Brasil. Los germanos, con Kroos y Khedira presionando la salida de balón de los brasileños, en algo que los desconcertó completamente, robaban tan arriba que casi propiciaban la ocasión de gol ellos mismos. De hecho, en varios de los goles, Khedira y Kroos participan después de haberlo hecho en la presión inicial e incluso haber robado el balón ellos mismos. Brasil, completamente desbordada, no era quién de superar una presión que ahogaba cualquier idea de intentar jugar la pelota. El resultado, ya lo sabemos todos, el rodillo alemán aplastó a Brasil en una de las humillaciones más grandes de la historia de los mundiales.  

 Otro ejemplo de presión, y en el que aquel Barça de Guardiola fue un auténtico espectáculo, es la presión tras perdida. En un equipo que contaba con Messi, Iniesta o Xavi, la idea de que esos jugadores defendieran era más que aventurada. Sin embargo, y proponiéndole a cada uno de ellos un pequeño sacrifico, podía lograrse que ese equipo recuperara el balón al momento de haberlo perdido. Esta presión era muy sencilla, ya que en las zonas donde aquel Barça perdía el balón, siempre tenía superioridad numérica. Por lo tanto, si por un suponer, Alves, Xavi y Messi perdían el balón en banda derecha ante un lateral y un interior, uno de ellos debía hacer un pequeño esfuerzo para presionar al que tenía el balón. De esta forma, los dos restantes podían repartirse el "trabajo" de recuperar la pelota perdida. Lo normal, sería que uno de ellos acudiera a cubrir al jugador libre, pero la novedad venía en que este iba a ayudar al que ya estaba presionando, y dejaba a su otro compañero en la zona en la que el jugador con el balón tenía que arriesgar más el pase. La consecuencia, la mayoría de las veces, era un robo rápido que volvía a colocar el balón en superioridad para los culés. Otro de los equipos que lo hace, este más actual, es el Atleti de Simeone. Una de las bases del equipo del Cholo es la presión de todo su centro del campo, sobre todo ante equipos creativos. Esta presión se produce entre su interior creativo, Koke o Arda, más sus dos mediocentros defensivos, Gabi y Tiago por ejemplo. La novedad que introduce Simeone, es que a esta presión pueden agregarse el lateral de la banda en la que se encuentra el balón, y/o el segundo punta. Esto provoca una jaula, de la que muy pocos equipos y jugadores pueden salir. Esto dio muchos réditos a los de Simeone en partidos ante el Barça y el Real Madrid por ejemlo, ya que al robar tan rápido el balón, podían matar a sus rivales con la velocidad de Costa.

 El fútbol de hoy, por lo menos el de máxima exigencia, no puede entenderse sin un sistema de presión muy alta, sino estás muerto. El año pasado, el Barça de Martino, perdió la mordiente de años anteriores, y el equipo acabó pagándolo. Si uno deja de morder, ya puede tener la mayor de todas las calidades del mundo que cualquier equipo que presione bien, le acabará robando el balón más tarde o más temprano. La presión ha definido a grandes equipos, e incluso ha basado su juego en ella, cómo el Milan de Sacchi, el Barça de Guardiola, el Madrid de Mourinho, o el Atlético del Cholo, También nos ha enseñado cómo enormes equipos han sucumbido ante una gran presión, cómo el Barça de Cruyff en la final de Atenas ante el Milan de Capello, o la selección española en la final de la Confederaciones ante Brasil. Bien es cierto que si presionas y después no llega bien arriba, no vale de nada. El Madrid de Mourinho presionaba de manera impecable, pero además llegaba con una velocidad al arco contrario, que hacía de la presión un elemento indispensable para su juego. 

 Lo que queda claro, es que en el fútbol de hoy, los grandes entrenadores apuestan por una presión muy alta. Simeone, Klopp, Van Gaal, Guardiola, Mourinho y compañía no pueden estar equivocados, y todos sus equipos la ejecutan a la perfección y consiguen grandes ventajas por ello. Así que ya saben, si quieren que su equipo gane, empiecen por presionar cómo si le fuera la vida en ello...habrán dado un paso adelante que les hará diferentes.

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