El Barça se agarra a la Liga

 Goles, polémica y emoción en un Clásico que no ha defraudado a los que los esperábamos. Un partido con idas y venidas, marcado por los errores defensivos de los dos equipos.


 Comenzaba el partido con los onces esperados, el Barça salía con Neymar en la derecha, donde el brasileño no pudo brillar en ningún momento. Ambos equipos, que contaban con sus laterales más ofensivos, vieron cómo ninguno de los cuatro pudo incorporarse al ataque. Las primeras subidas de Alves, llegaron cuando el Madrid ya estaba con diez. El gol de Iniesta tras una gran jugada de Messi, que asistía al manchego para que marcara el primero, era un síntoma de lo que sería el partido. Carvajal no cerraba bien, e Iniesta cruzaba el balón con la pierna izquierda ante un Diego López que no pudo hacer nada más que verla entrar. A partir de ahí, el partido se volvió loco. El Barça dominaba el balón, pero al Real Madrid no le hacía falta el balón para crear peligro. Un inmenso Di María, que trabajó y trabajó en defensa, encontró el hueco en la banda derecha blaugrana. Alves, al que nadie ayudaba en defensa, veía cómo el Fideo se le escapaba una y otra vez. En una de esas jugadas, un centro del argentino era rematado por Benzema. Valdés se estiraba, e incluso conseguía tocar el balón. Sin embargo, la estirada del meta culé no fue suficiente. El Madrid empataba el partido, y el guión seguía siendo el mismo. El Barça tenía el balón, pero el Madrid daba sensación de peligro. En una nueva jugada de Di María, el agujero de la defensa del Barça, donde Mascherano y Piqué no se pusieron de acuerdo, dejaba a Benzema sólo delante de Valdés. El galo, tras un soberbio control, disparaba a puerta sin oposición. El 2-1 hacía enloquecer al público del Bernabéu, y el Barça se encontraba con el partido cuesta arriba debido a sus errores defensivos. La primera parte llegaba a su fin, y un error de Carvajal en el despeje, tras una gran jugada de Messi, terminaba con el balón en los pies de Leo. El argentino, con su tranquilidad habitual, marcaba el 2-2 y hacía temblar al Madrid. 

 Tras el descanso, un cansado Di María, ya no podía seguir corriendo detrás del centro del campo culé. Un desaparecido Modric, y un Alonso en su línea descendente de los últimos partidos, veían cómo el centro del campo culé los hacía mover de un lado a otro. Sin embargo, y cuando peor pintaba para el Real Madrid, Cristiano se sacaba una jugada de la chistera. El portugués se internaba en el área, pero antes de pisarla, Alves lo derribaba. La falta era claramente fuera, pero Undiano en su primer error pitaba penalty. Cristiano, cómo siempre, no fallaba desde los once metros. Valdés adivinaba, pero el lanzamiento del portugués iba muy ajustado y muy fuerte. El 3-2 hacía que el Barça se volviera a encontrar con un golpe que no esperaba, y Martino hacía variantes tácticas. Neymar se iba a la izquierda, cómo ya había hecho en la primera parte, y dejaba la derecha para las subidas de Alves. En un magnífico pase de Messi, Neymar se quedaba sólo delante de Diego López. Ramos venía por detrás del brasileño, y viendo la repetición más de cinco veces, aún no consigo adivinar si toca o no a Neymar. Undiano pitaba penalty y expulsaba a Ramos, dejando al Madrid con diez y con un penalty en contra. Messi lanzaba y Diego López, que aunque adivinaba el lanzamiento, solo podía ver cómo el balón entraba en la portería blanca. Con el 3-3 la impresión es que el partido se le haría largo al Madrid, y así fue. Benzema dejaba su sitio a Varane, para que el Madrid contara con dos centrales y así pudiera aguantar el arreón final. Martino también movía el banquillo, y daba entrada a Pedro para intentar llevarse los tres puntos. El canario, entraba por un Neymar que no brilló, pero que consiguió hacer la jugada que cambió el partido. El Madrid se defendía cómo podía, pero ni Di María, ni Bale, ni Cristiano tenían aire suficiente para las contras. Iniesta se echaba el partido a la espalda, y en una jugada suya, entre Alonso y Carvajal le hacían el penalty que sentenciaría el partido. Messi volvía a marcar, y sellaba su hat-trick para convertirse en el jugador que más goles ha metido en la historia de los Clásicos.  A la desesperada Ancelotti metía a Isco, y cuando el partido moría a Morata, pero ya no había tiempo ni fuerza. Undiano pitaba el final, y el Barça celebraba el triunfo consciente de la importancia que tenía. El  Barça se agarra a la Liga, y al Madrid ya no le vale el empate con ninguno de sus dos rivales. Si el Madrid quiera ganar la Liga, tendrá que hacer un punto más que sus rivales. El Barça, vuelve a depender de sí mismo, ya que si gana todos los partidos que le quedan, incluyendo el del Atlético, será campeón si el Madrid pincha una vez más. 

 Partidazo en el Bernabéu, en el que el Barça era consciente de lo que se jugaba y el Madrid no le perdió la cara al partido hasta que se quedó con diez. El más favorecido, además del Barça, es un Atlético de Madrid que se acuesta líder y que tiene muchas papeletas para poder ser campeón. Mucho respeto entre los dos equipos, que sabían lo que se jugaban. Gran planteamiento de Ancelotti, haciendo que Di María atacara la banda más débil del Barça. Fallos defensivos en ambos lados, que hicieron que el resultado fuera tan abultado. La Liga vuelve a abrirse, el Barça se agarra a ella y el Madrid visita Sevilla el miércoles. Lo que está claro es que nos espera un final de Liga apasionante, y que ahora mismo cualquier error va a costar el campeonato. Veremos.

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