Set en el Etihad

 El partido de hoy entre Manchester City y Arsenal, nos dejó un festival de goles y ocasiones. El equipo londinense llegaba cómo líder del campeonato, y con la intención de superar su semana horribilis. Tras el empate in extremis ante el Everton, y la derrota que le costó el primer puesto del grupo en la Champions ante el Napoles, el Arsenal podía dar un golpe encima de la mesa de la Premier. El City por su parte, necesitaba una victoria para engancharse al tren de la Premier. Y el partido, no decepcionó.


 Wenger, tras el fiasco de Napoles, apostó por un centro del campo de más contención y menos creación. Flamini ocupaba el puesto de Arteta, y Cazorla y Rosicky se quedaban en el banquillo. La novedad era que Walcott volvía al once, y acompañado por Ozil, Ramsey y Wilshere pretendían superar al gran centro del campo citizen. Pellegrini apostó por Yaya y Fernandinho en el centro del campo, apoyados en la zona de creación por Silva y Nasri. Navas se quedaba en el banquillo, y Agüero y Negredo ocupaban la punta de ataque. El chileno volvió a demostrar su poca confianza en Hart, y el portero inglés se quedaba en el banquillo para dejar su sitio a Pantilimon. La pareja de centrales para los partidos importantes, parece que será la de hoy, con Demichellis y Kompany. Los laterales fueron Zabaleta y Clichy, y el partido comenzó con mucho ritmo. 

 El Arsenal pretendía controlar el balón, pero se encontró con el gol de Agüero a la salida de un corner. Sin embargo los gunners no tenían intención de rendirse, y tras un fallo de Touré, Walcott ponía el marcador en tablas. Pero en una gran pase de Touré, Zabaleta conseguía habilitar a Negredo, para que el vallecano volviera a poner por delante a los citizens antes del descanso. El partido parecía que tras el descanso sería un paseo para los de Pellegrini, ya que nada más reanudarse el partido, el gol de Fernandinho ponía un 3-1 que se antojaba imposible de levantar para los gunners. Sin embargo, tras el gol, los de Pellegrini parecieron relajarse. El Arsenal aprovechó la "desidia" citizen, y comenzó a mover el balón con la fluidez habitual. En los diez primeros minutos de la segunda parte, la posesión era de 72-28 para los de Wenger. Esa posesión se tradujo en el segundo gol gunner, que Walcott se encargó de transformar poniendo el balón en la escuadra tras un soberbio pase de Ramsey. Pero la alegría gunner, desapareció en tres minutos. Navas, que había entrado por Agüero que se lesionó nada más comenzar el segundo tiempo, puso un balón perfecto a Silva para que el canario pusiera el 4-2 en el electrónico del Etihad. 

 Cuando el partido comenzaba a romperse, Pellegrini dio entrada a Milner por Silva para dar consistencia al centro del campo. En el otro lado, Wenger quitaba a un desacertado Giroud, para que Bendtner intentara cazar algún remate y además sacaba del campo a Flamini. El canterano Gnabry, era el elegido para sustituir a Flamini, en lo que parece un claro castigo a Arteta y Cazorla por el partido de Napoles. El Arsenal ponía intención, pero solo Wilshere creaba peligro. Un desaparecido Ozil, no conseguía conectar ni con Ramsey ni con el propio Wilshere. Un disparo de este último, fue la ocasión más clara de los gunners. El City, que tenía el partido claro para una nueva contra, dispuso de varias ocasiones por parte de Nasri para finiquitar el partido. Sin embargo, fue Fernandinho en una nueva contra, el que puso el 5-2 que certificaba la victoria citizen. 

 En los minutos finales, la casta gunner salió para maquillar el resultado, primero en un gol anulado a Bendtner y luego con el gol de Mertesacker a la salida de un corner. El 5-3, parecía que iba a ser el resultado final, pero en una nueva contra hubo un claro penalty a Milner. Touré cogía el balón, y con una tranquilidad pasmosa ponía el 6-3 final. El resultado, fue más de un partido de tenis que uno de fútbol, pero el espectáculo que vimos hoy en el Etihad fue tremendo. El City confirma su mejoría tras el mal comienzo en Liga, y su gran victoria en Munich. El Arsenal por lo contrario, cierra una semana para olvidar, y esperemos que no empiece a diluirse cómo suele pasar durante las últimas temporadas. 

 Lo peor del partido, fueron las defensas, que fueron casi inexistentes. Lo mejor, el nivel de Yaya Touré que es un jugador al que creo que no se le da el crédito que merece. Pellegrini parece que ha encontrado el equilibrio en su equipazo, y Wenger ha elegido un mal día para castigar a Arteta y Cazorla. Veremos cómo termina la Premier, pero con partidos cómo el de hoy, a uno le dan ganas de mudarse a las islas. 

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