Broche de oro al Boxing Day
El encuentro que enfrentaba a Manchester City y Liverpool en el Etihad, se presentaba cómo el broche de oro al Boxing Day. Los Reds llegaban líderes de la competición a Manchester, y los citizens que contaban sus partidos por victorias en casa no lo iban a poner fácil.
Comenzó el partido el City dominando el juego con su pareja de mediocentros, Fernandinho y Touré, imponiéndose al trivote que presentaba Rodgers. Las llegadas por banda de los citizens, sobre todo por su banda fuerte con Zabaleta y Navas, creaban constantes quebraderos de cabeza a Cissoko que pedía ayuda a sus compañeros. Silva y Nasri tocaban con facilidad, e incluso Negredo se atrevió con un intento de pase de tacón. Un tiro de Yaya, fue la ocasión más clara para los de Manchester.
Sin embargo, el Liverpool se sacudió el dominio inicial y comenzó el show de Luis Suárez. El uruguayo bajó a pedir el balón, y comenzó a desquiciar a la defensa citizen. Leiva, Henderson y Allen se iban imponiendo a Fernandinho y Touré. Suárez se movía a su antojo entre líneas, dejando liberados así a Coutinho y Sterling para correr la banda. El Liverpool discutía la posesión al City, y los de Pellegrini no conseguían dominar ni el balón ni el encuentro. Luis Suárez bajó a recoger el balón, y con un control orientado solo al alcance de los elegidos dejaba fuera de la jugada a Kompany. El uruguayo filtraba un balón a Sterling, que se quedaba sólo ante Hart, pero incomprensiblemente el línea levantó la bandera ante el asombro de todos.
El Liverpool siguió haciendo su partido, y en un nuevo pase de Suárez a Sterling, este se quedaba sólo y driblaba a Hart. Cuando parecía que el gol sería del extremo, Coutinho aparecía para empujar el balón a la red citizen. El Etihad enmudecía, salvo en la tribuna ocupada por los aficionados reds que estallaban de alegría. El gol hacía justicia a lo que se veía en el campo, y parecía que si el City no se espabilaba tendría muy difícil levantar el partido. Sin embargo, en una gran jugada de Touré, los de Pellegrini arañaban un córner. A la salida del mismo, y tras un fallo de marcaje, Kompany ponía el empate en el electrónico del Etihad. A partir de ahí, el partido se volvió loco. Idas y venidas continuas, en las que el City no terminaba de cerrar sus ocasiones. Una nueva obra de arte entre Suárez, Sterling y Coutinho terminaba en una gran parada de Hart que evitaba que los de Rodgers se pusieran por delante. El ritmo del partido era cada vez más alto, y una ocasión del City que Negredo no conseguía materializar levantaba al público del Etihad.
El partido parecía volver a la calma tras cinco minutos de locura, y el guión volvía a ser el mismo que antes del gol. El Liverpool tenía mucha paciencia a la hora de elaborar, y no tenía tanta prisa cómo el City que parecía querer llegar volando a la portería de los de Rodgers. Con Navas cambiado de banda, y con Fernandinho y Touré multiplicados, parecía que el Liverpool volvía a inquietar a la defensa local. Sin embargo, en una de esas jugadas de "passing-game" de los Reds, un robo de balón propiciaba una contra mortal que daba con el balón en los pies de Navas. En un dos para dos, en el que le acompañaba Negredo, el de Los Palacios filtró un balón espectacular a Negredo. El vallecano condujo el balón, y cuando vio la oportunidad picó el balón con el exterior de su pierna izquierda. La colaboración de Mignolet fue inestimable, ya que el portero del Pool desde mi punto de vista puso el 50% del gol en la portería red. El árbitro pitaba el final del primer tiempo, pero el fútbol que habíamos visto no era el que reflejaba el resultado. El Liverpool había hecho méritos más que suficientes para irse por delante al descanso, pero la pegada del City fue mucho mayor que la de los de Anfield.
La segunda parte comenzaba sin cambios, ni en los jugadores ni en el juego. Los de Rodgers seguían discutiendo la posesión al City, pero a medida que pasaban los minutos y que la presión red bajaba el City comenzó a encontrarse más cómodo. Aunque seguía teniendo la línea de presión adelantada, el Liverpool solo conseguía mantener a raya al City en el centro del campo. El equipo de Pellegrini, con el marcador a favor y con jugadores de una calidad enorme, se dosificaba con el balón en los pies. Silva, Nasri, Fernandinho y Touré masticaban las jugadas hasta que se presentaba el pase idóneo o el cambio de banda. El bajón físico de Coutinho y Sterling, hacía que Suárez apareciera menos en el juego de los de Anfield.
El balón cambiaba de dueño, pero el partido seguía abierto. Sin embargo, unos minutos de imprecisiones del Pool a la salida de balón, pudieron finiquitar el encuentro del lado citizen. El balón caía siempre en los pies de Silva y Nasri, que parecían no tener su día. Rodgers veía que tenía que mover el banquillo, y para no arriesgar su trivote, quitaba a Coutinho para dar entrada a Moses. Una acción tras salida de córner, en la que Skrtel centró al área, terminó con un remate de tacón de Henderson que fue la ocasión de mayor peligro para los de Anfield. Pellegrini también se decidía a mover el banquillo, y daba entrada a Milner en lugar del desacertado Nasri. De esta manera el chileno ganaba músculo, y presionaba más a la cada vez más imprecisa salida de balón red.
El partido entraba en su tramo final, y una nueva acción de Suárez, en la que volvía loco a Lescott daba alas a los de Rodgers. Negredo abandonaba el campo lesionado, y Dzeko hacía su entrada en un hombre por hombre. A falta de nueve minutos, Rodgers se la jugaba y quitaba del campo a Leiva para dar entrada a Aspas. Nada más entrar en el campo, el gallego buscó asociarse con Suárez y así trastocar a la débil defensa citizen. Los aficionados del Barça que hayan visto el partido, se habrán dado cuenta de que el talón de Aquiles de los de Pellegrini es su defensa. Javi García entraba por Silva para apuntalar definitivamente el centro del campo, pero antes Yaya Touré daba una nueva exhibición de su poderío físico y casi asiste a Dzeko para rematar el partido.
Los minutos finales fueron de ida y vuelta, con los reds que querían empatar y con un City que quería matar a la contra. En la salida de un córner, un claro penalty sobre Suárez no fue pitado y el Liverpool se vio abocado a buscar la heroica. El City no consiguió enganchar una contra para matar el partido, y el descuento se hacía corto para los de Anfield. El partido llegaba a su fin, y con él una gran jornada de Boxing Day. El Liverpool, aunque perdió el partido ante la gran pegada City, se confirma cómo firme candidato al título. El City confirma que tiene un pegada brutal, pero por lo contrario también confirma que su defensa hace aguas contra ataques rápidos. Gran día de Boxing Day, y gran partido en el Etihad.
aun no veo el partido, vamo aver si es como tu analizis
ResponderEliminarsaludos