El infierno turco se congeló para la Juventus
En un partido que duró dos días, y que probablemente no debía haberse disputado, la escuadra bianconera ha quedado apeada de la máxima competición. Cómo consuelo, el campeón y líder de la liga italiana, jugará la Europa League. Aunque con la plantilla de la Vecchia Signora, el fracaso ha sido total y absoluto.
Tras la intensa nevada de ayer, que obligó a suspender el partido, el Ali Sami Yen reanudaba el partido hoy. El campo, que ayer presentaba una estampa navideña, hoy parecía un barrizal en el que era prácticamente imposible jugar al fútbol. Sin embargo, ya fuera por las exigencias de la UEFA, o por decisión del arbitro, el partido se reanudaba hoy a las dos de la tarde. Los dos equipos saltaban al campo con intenciones diferentes, los juventinos a mantener el empate y los turcos a marcar un gol que los metiera en octavos.
Durante el partido, el balón pasaba más tiempo en el aire que en el suelo. No existía el centro del campo, y los balones al área de la Juventus no cesaron por parte del Galatasaray. Las armas de los turcos, eran nada más y nada menos que Drogba y Yilmaz. Por detrás de ellos, un Snjeider que esperaba un balón parado para meterla al área y que el milagro llegara. La Juve, que intentaba parar el asedio turco, sacaba a balonazos cada balón colgado a su área. Llorente, que fue una isla arriba a la que Tévez intentaba acompañar sin suerte, no pudo más que controlar algún balón suelto. El partido no tenía historia, pero estaba sí una emoción inmensa. A la Juve le valía el empate, pero el Galatasaray necesitaba un gol para certificar su pase. Los de Turín aprovechaban cada minuto del partido para perder tiempo, y un Vidal que se las tuvo tiesas con Melo, hacían que el partido se parara cada dos minutos.
Cuando el partido parecía abocado al empate, un nuevo balón colgado al área juventina, era cazado por el eterno Drogba. El marfileño peinaba el balón, y este caía en los pies de Sneijder, que tras un gran control conducía durante unos metros. El holandés entraba en el área, y sin pensárselo disparó hacia la meta de Buffon. El balón pasó por debajo de las piernas de un defensa juventino, y justo antes de llegar a Buffon dio un bote fatal para la escuadra italiana. El balón entraba ajustado al palo, y parecía que la participación turinesa se terminaba en la Champions. El delirio llegó a las gradas del Ali Sami Yen, que veía cómo el partido más largo de su club en Champions estaba a punto de terminar en milagro. Quedaban cinco minutos, y un Conte desesperado dio entrada a los dos delanteros que tenía en el banquillo. Sin embargo, Giovinco y Quagliarella, solo pudieron ver cómo la Juve se iba para casa. El resultado aún pudo ser mayor, ya que en una gran jugada de Drogba, llegó a línea de fondo y cedió a Yilmaz que cayéndose no pudo rematar. El arbitro pitaba el final, y la "defunción" de la Juve en Champions se certificaba.
Con este resultado, y tras lo visto en esta Champions, la Juve no merecía pasar a los octavos. El conjunto turinés, solo ha conseguido ganar al Copenhague en casa, un resultado muy pobre para el actual campeón de Italia y líder de la competición local. Con esto, Barça y Atlético se quitan otro "hueso" de encima, y seguro que agradecerán toparse con los turcos en los octavos. Sin embargo, podemos decir que hoy, el infierno turco se congeló para la Juventus.
Vi el partido con el sonido ambiente a todo volumen. Barro, nieve, tensión, y dos equipos jugándose el todo por el todo. Vale, poco fútbol, el campo era impracticable, ¡pero emoción y entrega a raudales!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Miguel. Partido de los de "antes". Si uno es imparcial, cómo es mi caso, fue un partido de una emoción inmensa. Un abrazo y gracias por el aporte.
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