Empate a nada en el Emirates

 En el partido de hoy en el Emirates Stadium, Arsenal y Chelsea se jugaban algo más que un derby de Londres. Los de Mourinho, de ganar el encuentro, empatarían al frente de la clasificación con el Liverpool del pichichi Suárez. Los de Wenger, de conseguir el triunfo, seguirían en lo alto de la tabla de la Premier.


 El once que sacaba Wenger al césped del Emirates, tenía ciertas variantes respecto al que sacaría en un partido "normal" cómo local. La baja de Konscienly, hacía que Vermaelen ocupara el centro de la defensa con Mertesacker. En los laterales, salían los habituales Gibbs y Sagna, mientras que en el centro del campo apostaba por una mezcla entre velocidad y creación. Con Arteta cómo eje, Ramsey y Rosicky ocupaban las posiciones creativas. Por delante de ambos, y escorados a sendas bandas, Ozil y Walcott. En la punta de lanza, quedaba un Giroud que sería la referencia ofensiva. Mientras tanto, del lado blue, Mourinho apostaba más por un equipo de contención. La pareja de centrales formada por Cahill y Terry, era acompañada en los laterales por Azpilicueta, que sustituía a Cole en el lateral izquierdo, y por Ivanovic en el lateral derecho. Mou, que pobló el centro del campo con Obi Mikel, Lampard y Ramires tapando a Arteta, dejaba a Hazard y Willian cómo acompañantes de Torres en el ataque.

 Tras los primeros minutos de tanteo, el Arsenal se hizo con el control del balón, cómo cabía esperar. Ozil empezó a aparecer, dando la razón a Mourinho en su planteamiento. Sin embargo, el muro blue, se antojaba difícil de derribar para los gunners. Torres era un islote en el ataque del Chelsea, con Ramires más preocupado de tapar a Arteta que de crear juego. El Chelsea, esperaba agazapado una contra para contrarrestar el dominio gunner. En una de estas, un remate de cabeza de Ramires tras centro de Willian, fue la mejor ocasión para los de Mourinho. Las continuas imprécisiones de los de Wenger en la primera parte, hicieron que el entramado defensivo de Mourinho casi no sufriera. Walcott se movía por ambas bandas, pero ni Ozil, ni Ramsey ni Rosicky conseguían encontrarlo. En una jugada aislada, un pase de Hazard a Lampard, terminaba con un tiro al larguero del sempiterno 8 del Chelsea. Dos nuevas jugadas de Torres, llevaron el peligro a la portería de los del Emirates. En una jugada en la que el árbitro dejó seguir, Arteta sufrió una brutal entrada de Obi Mikel que merecía la roja, sin embargo el trencilla dio la ley de la ventaja y en el área del Chelsea pudo existir un penalty sobre Walcott. El colegiado no sancionó ninguna de las acciones, y el primer tiempo parecía que tocaba a su fin. Una contra del Chelsea muy bien llevada por Hazard, en la que Willian definió mal, fue la mejor ocasión de los de Mou antes del descanso. 

 La segunda parte comenzaba sin cambios, ambos equipos saltaban al campo con el mismo once que comenzaba el partido. El Arsenal con más decisión que en la primera parte, y el Chelsea respetando el planteamiento inicial. Arteta buscaba a Ramsey y Rosicky, pero la primera ocasión de la segunda parte fue un centro al área del Chelsea tras una contra conducida por Willian. El Arsenal salía convencido, con un Ramsey que ayudaba más a Arteta en la elaboración, pero no terminaba de encontrar la portería de Cech. El partido se jugaba al ritmo que Mourinho quería, un Arsenal que no se arriesgaba, pero que cuando lo hacía sabía que debía correr hacia atrás cómo si le fuera la vida en ello. La presión blue comenzaba en tres cuartos de campo, esto propiciaba que a cada robo de balón de los de Mou, las posibilidades de coger desprevenidos a los de Wenger fueran mayores. Sin embargo, el equipo de Stamford Bridge, no terminaba de concretar sus contras. En una de ellas, un desacertado Willian, eligió la peor opción posible dándole mal y arrastras el balón a Hazard. Las imprécisiones gunners seguían, y el partido pedía un cambio a gritos, por lo menos de parte del Arsenal. 

 Una nueva entrada sobre Arteta, esta vez de Ramires, encendía los ánimos de los aficionados del Emirates. El árbitro sancionó al brasileño con amarilla, pero con el reglamento en la mano, igual Obi Mikel y Rosicky debían haberse ido antes de tiempo a los vestuarios. La defensa blue, a la que el ataque en estático gunner no le hacía daño, tenía uno de los partidos más plácidos de la temporada. Oscar calentaba en la banda, pero a los veinte minutos de la segunda parte, ninguno de los dos técnicos había movido el banquillo. Un lejano tiro de Lampard, era la mejor ocasión del segundo tiempo hasta ese momento. Un envalentonado Ozil, terminó encarándose con Ivanovic en una acción que no tenía la menor trascendencia. Ivanovic levantaba la pierna, pero el alemán se excedía en sus protestas. El partido comenzaba a convertirse en un ida y vuelta, que no beneficiaba a ninguno de los dos equipos. Una falta a destiempo de Rosicky nuevamenete, terminaba con el pequeño conato de velocidad del encuentro.

 Mourinho decidía mover el banquillo, y el elegido para ingresar en el terreno de juego era el alemán Schurrle. El talentoso Hazard, era el cambio que elegía el portugués para dar entrada al interior ex del Leverkussen. Tras el cambio blue, el Arsenal mantuvo el control del balón durante algunos minutos. Mourinho hacía el segundo cambio, que parecía cantado, dando entrada a Oscar por el desacertado Willian. A falta de trece minutos, el técnico de Alsacia consultaba con su segundo cual podría ser el cambio necesario para ganar el partido. La triste realidad para los gunners, es que hasta ese momento no habían tirado a puerta. En la ocasión más clara del partido, una gran combinación entre Rosicky y Ramsey, terminaba con un remate de Giroud que golpeaba la parte lateral de la red de Cech. 

 En los minutos finales, el Arsenal alentado por su afición quería pero no podía ante el gran planteamiento blue. El muro levantado por Mourinho en el centro del campo y la defensa, parecía infranqueable para el ataque gunner. El poblado centro del campo que sacó Mourinho, ahogaba la creatividad gunner. La falta de reflejos de Wenger, que a mi juicio debería haber dado entrada a Cazorla nada más comenzar el segundo tiempo, hacía cada vez más plácida la labor de la defensa de Mourinho. La sensación del observador imparcial, era que el equipo blue no pasaba por apuros en ningún momento. Sin embargo, en una incorporación de Gibbs, Giroud remató dentro del área pequeña y solo la gran acción defensiva de Cahill evitó el gol gunner. 

 En una declaración de intenciones, Mourinho quitaba del campo a Torres para dar entrada a David Luiz y poblar más así su medio campo. A Mou le valía el punto, y quedando tres minutos prefería conservar el punto que perder tres ante un rival directo. El Arsenal propuso más en el tramo final, y un remate a la salida de un corner de Vermaelen, fue la ocasión más clara para los de Wenger antes del pitido final del árbitro. Un corner en el último suspiro, se presentaba cómo la ocasión final para el Chelsea. El electrónico del Emirates no se movió, y esto nos deja al Liverpool al frente de la tabla por la diferencia de goles. 

 El resumen del partido, desde mi punto de vista, es que el Chelsea salió a no perder el encuentro. Mientras que el equipo de Wenger, no sabía que debía hacer para ganarlo. Mourinho se salió con la suya y se llevó un punto de un campo complicado, mientras que los del Emirates ni siquieran hicieron un tiro a puerta para llevarse el partido. Wenger sigue sin ganar a Mourinho, y el Chelsea puede terminar el año cómo líder si Arsenal y Liverpool pinchan en el Boxing Day. Partido flojo, en el que la pizarra de Mou ganó al talento gunner. 

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