Brasil se fía de Neymar... y del árbitro

 Tras la ceremonia de inauguración, las protestas en Sao Paulo y una nueva exhibición de los brasileños cantando su himno a capela, el balón por fin rodó. Sin sorpresas en la alineación brasileña, con la única variante de Luiz Gustavo por Ramires, los cariocas comenzaban el sueño de ganar su Mundial. En Croacia la ausencia de Mandzukic, se cubría con Jelavic en punta. El japonés pitaba el inicio, y por fin comenzaba el Mundial 2014.



 El partido comenzaba con el guión esperado, Croacia esperando a Brasil, y los brasileños sin demasiadas ideas para llegar al área croata. Con un ritmo lento, e incluso cansino, los de Scolari no parecían tener un plan para llegar a la portería de Pletikosa. Sin embargo, los croatas si que tenían un plan, y en los primeros minutos lo pusieron en práctica. La idea croata era clara, buscar la espalda de los laterales brasileños. Olic avisó una vez, ganando la espalda de Alves, y en la segunda llegó el golpe. El croata encontraba la espalda de Alves, Thiago Silva llegaba tarde al cruce, y un centro raso de Olic se metía en el área brasileña. Jelavic remataba mal, y David Luiz, que también llegaba tarde, veía cómo el balón pasaba por delante suya sin poder hacer nada. Marcelo, que venía en la ayuda e intentando que Perisic no rematara, introducía el balón en su propia portería ante la atónita mirada de Julio César. Se hacía el silencio en el estadio, y el Mundial no podía empezar de peor manera para los anfitriones. 

 Tras el gol, la sensación era que Brasil tenía que irse arriba, pero los brasileños parecían no tener plan para atacar a una bien colocada Croacia. Con el once que presentaba Kovac, lo lógico es que mantuviera el balón sin problemas ante la nula presión brasileña. Sin embargo, ni los croatas se hacían con el balón, ni Brasil dotaba de una marcha más a su ataque. Todas las acciones de peligro de los brasileños llegaban a balón parado, y no hacían sufrir demasiado a los croatas, hasta que apareció Neymar. En el Mundial que debe ser el de su consagración, y en el que toda la torcida brasileña tiene sus esperanzas puestas en él, Neymar cogió el balón en tres cuartos de cancha, y en un disparo ajustado al palo, hacía inútil la estirada de Pletikosa para poner el 1-1. Bien es cierto, que el portero croata pudo hacer más en el gol, pero la acción de la estrella brasileña fue sencillamente brillante. Brasil volvía a meterse en el partido, sin haber hecho nada, y con un gol de su estrella que hizo levantar al estadio. El partido cambiaba, y Neymar se echaba al equipo a la espalda cuando su selección más lo necesitaba. Croacia desparecía del encuentro, y ni Rakitic ni Modric, conseguían enlazar con su frente de ataque. Solo Olic, que volvió a intentarlo por la izquierda, llevaba algo de peligro a la defensa brasileña. Brasil se vino arriba, y Croacia deseaba el descanso para recomponerse. No volvió a haber peligro en lo que quedaba de primera parte, y el árbitro japonés pitó el descanso para alivio de los croatas. 

 En el descanso, Kovac debía convencer a sus jugadores de repetir el guión de los quince primeros minutos, y buscar la espalda de los laterales sabiendo que Brasil tenía que ir arriba. Scolari por su parte, debía concienciar a sus jugadores de que el empate no era renta suficiente para la anfitriona y candidata al título. La segunda parte arrancaba sin cambios, y Brasil tenía cuarenta y cinco minutos para conseguir los tres puntos. Croacia por su parte tenía dos opciones, intentar aguantar el empate y seguramente caer, o irse a por el partido y poner nerviosa a Brasil. El ritmo de Brasil no crecía, y en ocasiones la apatía se apoderaba de los brasileños. No había movimientos, ni desmarques, lo que facilitaba a los croatas la defensa. Sin embargo, los balcánicos no se atrevían, e incluso se echaban demasiado atrás, dejando mucho campo para Brasil. Tras unos minutos encerrados, los croatas comprendieron que teniendo el balón hacían más daño a los brasileños, y Rakitic y Modric comenzaron a mover el balón a sus anchas. Olic volvía a coger la espalda a Alves, y Thiago Silva se tenía que comer de nuevo la cobertura, a la que llegaba tarde y facilitaba el centro. Gracias a que Jelavic y el propio Olic no se entendieron, David Luiz consiguió despejar el peligro que podría haber llevado la acción. Brasil no daba señales de vida, y Croacia se venía arriba al ver que el lobo no era tan fiero como lo pintaban antes del pitido inicial. Scolari daba entrada a Hernanes por Paulinho, intentando generar un poco más de juego, pero el otrora "Jogo Bonito", no parece que vaya con esta "seleçao". 

 Una falta de Corluka sobre Neymar que se iba directo a puerta, tras una inexplicable perdida de balón por parte de Rakitic, fue la acción más peligrosa de los brasileños en los primeros veinticinco minutos. Hulk dejaba su sitio a Bernard, buscando un poco más de uno contra uno y de velocidad. Cuando todo parecía cuesta arriba para Brasil, apareció el árbitro para echarle una mano a los cariocas. En una jugada que solo vio el árbitro, Fred hacía el salto de la rana en el área croata para que el japonés pitara penalty. Neymar asumía la responsabilidad, y aunque lanzaba mal, conseguía batir a Pletikosa. Brasil se ponía 2-1, y a Croacia ya solo le quedaba liarse la manta a la cabeza. Pasaban los minutos y Croacia no inquietaba a Brasil, que se limitaba a darle el balón a Neymar para que lo tuviera en la banda. Ya a la desesperada, los croatas se fueron arriba, e incluso vieron como el japonés les anulaba un gol tras falta a Julio César. Croacia se iba arriba con todo, y los brasileños celebraban los despejes de sus jugadores. Con el tiempo cumplido, Croacia disfrutó de su mejor ocasión, pero Julio César consiguió despejar. El balón cayó en un delantero croata, pero cuando quiso rematar, David Luiz impidió el lanzamiento. En la jugada siguiente, tras una clara falta de Ramires a Rakitic, el balón caía en los pies de Oscar, que de un punterazo sellaba el partido. Pletikosa volvía a dejar la sensación de que podía haber hecho más, pero de nuevo el árbitro japonés era el señalado. El partido moría, y Brasil se llevaba sus primeros tres puntos con más pena que gloria. 

 Partido inaugural, que nos deja a una Brasil sin idea futbolística, y que solo ha conseguido llevarse el partido con la colaboración del árbitro. Si Croacia hubiera sido más valiente, y hubiese aguantado más el balón cómo hizo en el comienzo de la segunda parte, habría tenido más opciones de arañar algo de su debut. Si Brasil, que lo mejor que tiene para mí es su entramado defensivo, se ve desbordado por un solo jugador, como fue hoy Olic, cuando tenga que enfrentarse a rivales de mayor peso lo pasará mal. Sin embargo, si los colegiados van a estar tan descaradamente del lado del anfitrión, pueden darle ya la Copa y evitarse más líos. Mal la defensa, mal el centro del campo, inexistente presión y sobre todo cero en ataque. Aquí ya decíamos que Brasil y Scolari confiaban el Mundial a Neymar, pero no pensábamos que nadie intentaría ayudarle a ganarlo. Brasil tiene varios problemas que debe mejorar, y si no llega a ser por el árbitro, podría haberse llevado un susto. Veremos que nos depara la jornada de mañana, pero de momento uno de los favoritos ha defraudado. De Croacia espero mucho más, y en los partidos ante Camerún y México espero que no sea tan conservadora si quiere pasar a la segunda fase. Veremos.

 

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