Diez veces Real

  Doce años después, en una final de infarto, contra el eterno rival y con el corazón en un puño, el Real Madrid ha conseguido su décima Copa de Europa. Sufriendo, remontando y con Isco y Marcelo cómo revulsivos, el conjunto de Concha Espina, vio cómo su capitán, Iker Casillas, levantaba la Copa que tanto ansiaba su afición. La sonrisa hoy es blanca, pero el orgullo debe ser Atlético. Los de Simeone se vaciaron, se defendieron hasta que pudieron y acariciaron una Champions que ya le debe dos a los colchoneros. El beso de Casillas a Ramos, refleja lo que fue la final, error de Casillas y remiendo de Ramos.




 Comenzaba el partido con novedades en las alineaciones, todos los lesionados, salvo Pepe y Arda, eran de la partida. Costa, tras su sesión con la doctora milagro, formaba parte del once inicial de Simeone. En el Real Madrid, Cristiano era también de la partida, pero la sorpresa era Benzema. El Atlético salía con su once de gala, quizá con la baja de Turan, al que sustituía Raúl García en el once. Por lo tanto, los colchoneros salían con Courtois, Juanfran, Godín, Miranda, Filipe, Tiago, Gabi, Koke, Raúl García, Villa y Costa. Simeone salía con todo, salvo Arda, al que parecía reservar para la segunda parte, y con una alineación que dejaba entrever lo que sería el partido colchonero. En el Real Madrid, Casillas, Carvajal, Ramos, Varane, Coentrao, Khedira, Modric, Di María, Bale, Cristiano y Benzema. Ancelotti tampoco se guardaba nada, salvo a Isco y Marcelo,  por si necesitara un poco de imaginación en la segunda parte, pero todas sus armas estaban listas para la batalla. Las balas blancas preparadas, y la legión atlética, lista para recibirlos y atacar en cuanto tuvieran ocasión. Todo estaba listo, y ya solo faltaba el pitido inicial para la fiesta del fútbol.

 El partido comenzó con un ritmo frenético, cómo si los dos equipos estuvieran jugando los minutos finales del partido. Este ritmo, propicio una intensidad que Diego Costa no tardó en sentir en su maltrecha pierna. El milagro de la Doctora Kovacevic no se cumplió, y a los ocho minutos del encuentro el delantero hispano-brasileño tenía que abandonar el campo. Adrián sustituía a Costa, y el partido comenzaba de nuevo, ya que a raíz del cambio el ritmo bajó ostensiblemente. Los dos equipos se tenían mucho respeto, aunque el Madrid era el que llevaba la iniciativa por expreso deseo del Atlético. El equipo colchonero dejaba recibir a Khedira, consciente de que el alemán no crearía el mismo peligro que Di María o Modric. De hecho, Casillas prefería jugar el balón en largo que dárselo a Khedira. El partido se movía en treinta metros, y nadie se atrevía a darle una velocidad más. Las únicas opciones de ambos, era cazar algún balón parado, pero ni siquiera estos llegaban. En el primer córner del partido, mediada ya la primera parte, se vio lo que serían las intenciones de cada uno. El Atlético intentó rematar, pero el Madrid se hizo con el rechace, y este cayó en los pies de Di María, el peor cliente para la defensa atlética. El argentino se subió en la moto, y ningún jugador del Atlético fue capaz de seguir al argentino. Di María se recorrió medio campo, y solo una entrada de Raúl García, que recibió amarilla, consiguió frenar al argentino. En esa falta, llegó el primer tiro a puerta del partido, un lanzamiento centrado e inocente de Cristiano Ronaldo. También era la primera vez que el portugués aparecía, y también la última de la primera parte. Tras esa falta, la siguiente acción de peligro clara, y que pudo cambiar el rumbo de la final, fue un error en la salida de balón de Tiago. El portugués, entregaba el balón en media cancha a Bale, que se subía a la moto y encaraba a la defensa atlética. A su derecha Cristiano, y la portería de frente. El galés no se esperaba que la defensa se le abriera tanto, ya que los colchoneros se fueron al pase a Cristiano, Bale tenía la portería para él, pero quiso colocar tanto el balón que se le fue fuera. A partir de ahí, ya no hubo más ocasiones para los blancos, y solo quedaría una más en el primer tiempo. A la salida de un córner, y tras haber rechazado la defensa blanca el lanzamiento de Gabi, el balón caía en la cabeza de Juanfran que volvía a meterla en el área. Esta jugada, pillaba al Madrid saliendo, y tres jugadores del Atlético esperaban el balón. Khedira saltó con Godín, que impactó el balón antes que el alemán. Casillas, que se quedó a media salida, seguramente no esperaba que el uruguayo tocara la pelota, y veía cómo el balón lo sobrepasaba. Pese a su esfuerzo por corregir su lamentable error, Casillas no conseguía frenar el balón antes de que sobrepasara la línea. Aunque así fuera, el balón entró tras el despeje de Casillas tras tocar en Raúl García. El Atlético se ponía por delante cómo quería, y el Madrid veía cómo el partido se ponía en la única situación que no le interesaba. A partir de ahí, al Madrid le tocaba remar, y al Atlético esperar y defender.

 Para la segunda parte se esperaban cambios, y lo lógico en el conjunto blanco es que Marcelo entrara por Coentrao y que Isco saliera por uno de los hombres del centro del campo, preferiblemente Khedira, o en su defecto Benzema para tener más contacto con el balón. En el Atlético no había que tocar nada, salvo mentalizar a sus jugadores de que no tenían que regalar ningún balón, y que cuando pudieran matar al conjunto blanco no lo dudaran. Sin embargo, a la vuelta del descanso, no hubo cambios en ninguno de los dos equipos. La segunda parte comenzaba, y el partido se encaraba de forma diferente en los dos bandos. Pasados los primeros cinco minutos, el Real Madrid tuvo que mover ficha, y los cambios no tardaron en llegar. Coentrao y Khedira fuera, y Marcelo e Isco a intentar la remontada. Desde que se produjeron los cambios, el campo pareció inclinarse hacia la portería de Courtois. El Atlético se olvidó de atacar, e incluso llegó a meterse demasiado atrás para mi gusto. El Madrid quería empatar, y Bale dispuso de una nueva ocasión, cuando tras una dejada de Cristiano tiró desde fuera del área sin peligro para Courtois. El Atlético ni llegaba, ni le interesaba, solo quería que el holandés pitara y levantar la Copa. Tras una serie de arreones blancos, Filipe que ya no podía no pudo seguir a Bale, que se internó en el área en la ocasión más clara para los blancos. El galés tenía todo de cara para asistir a Benzema, que esperaba en el punto de penalty el pase del extremo blanco. Sin embargo, y como hiciera en la primera parte, Bale decidió terminar el la jugada, y con la misma suerte que en la primera parte el galés envió el balón fuera. Benzema se desesperaba en el área pequeña, y el Madrid veía cómo su ocasión más clara volaba. Marcelo percutía en la izquierda, y en el centro Isco reclamaba el balón para asociarse. El Madrid jugaba con dos extremos en cada banda, Marcelo y Di María en la izquierda, y Carvajal y Bale en la derecha. Los balones se colgaba al área rojiblanca, pero unas veces Courtois y otras la defensa desbarataba cualquier tipo de ocasión blanca. Filipe ya no podía más, y tenía que dejar su sitio a Alderweireld. El Madrid seguía colgándola, pero no conseguía el resultado esperado. En varias jugadas, lo máximo que consiguió el Madrid fue un córner o que el balón se paseara de lado a lado. Cuando el partido moría, y tras el protestado por parte de Simeone tiempo añadido, un córner era la última oportunidad para los blancos. Modric centraba al corazón del área, y un imperial Ramos aparecía cómo un kamikaze a rematar el balón. El camero conectaba un cabezazo espectacular, ante el que Courtois no podía hacer nada más que estirarse. El balón entraba, y la parte blanca del estadio enloquecía. Enfrente, los colchoneros veían cómo la Copa se alejaba cuando ya veían a Gabi levantándola. Simeone alentaba a la grada, buscando para sus jugadores un aliento que necesitaban más que nada en el mundo. El holandés pitaba el final, y el Madrid encaraba la prórroga de forma diferente a la que la encaraba el Atlético. Tocaba motivar a sus jugadores, y Simeone hacía un corro para alentar a los suyos.

 La primera parte de la prórroga no tuvo historia, el Atlético no podía y el Real Madrid no se atrevía. Esto nos dejo un primer tiempo en el que las acciones más peligrosas, fueron balones parados y combinaciones madridistas que no terminaban en nada. El árbitro añadió un minuto, y Simeone salió a comérselo en cuanto pitó el final. El argentino, reclamaba al holandés el descuento del final del partido y el exceso en el descuento de la primera parte de la prórroga. Juanfran ya no podía, Gabi estaba cansadísimo y el Madrid quería sangre antes de los penaltys. El segundo tiempo empezaba, y las caras rojiblancas daban buena cuenta de lo querían, penaltys. El Madrid quería sentenciar antes, pero no daba con la tecla justa. El Atlético ya ni lo intentaba, solo se quitaba el balón de encima y buscaba arañar una falta para parar el juego. Nada pasaba, y nada se movía. Pero llegó el momento de la final, una galopada de Di María, en la que Juanfran no pudo seguirle, ni Tiago tampoco, terminaron con un paradón de Courtois, pero el balón cayó en la cabeza de Bale, que enviaba a la red las ilusiones atléticas y acercaba al Madrid a la tan ansiada décima. Las caras de los colchoneros eran un poema, pero la fé de Di María pudo con todo. Al Atlético le quedaban ocho minutos, pero ya no parecía que pudiera empatar el partido. Con el partido totalmente roto, Marcelo puso la puntilla a un Atlético al que solo le quedaba el corazón. Marcelo lloraba, junto a Casillas que agradecía al brasileño que enmendase su error. Cuando el partido ya no tenía historia, una internada de Cristiano terminaba en derribo al luso. Este se encargaba de marcar el gol que certificaba el final de todo, Simeone y Varane se enzarzaban tras el gol y el árbitro pitaba el final. El Madrid era campeón de Europa por décima vez, y ya solo faltaba que Casillas levantara la Copa.

 Partido intenso, en el que el error de Casillas pudo costar una Copa de Europa a los blancos. El Atlético peleó hasta que pudo, pero tuvo que claudicar en una prórroga con la que no contaba. La prórroga fue demasiado para los colchoneros, y el sitio donde el Real Madrid encontró el título que llevaba buscando doce años. Ancelotti consigue el doblete, y los que ya hablaban de su salida, pueden ir buscando nuevas noticias. Diez veces Real, diez veces campeón de Europa.

Felicidades!

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