Sin Neymar, no hay Mundial

 En un partido que no pasará a la historia por la brillantez del juego de Brasil, sino más bien por todo lo contrario, cuando este agonizaba se producía la noticia del Mundial. Con Colombia volcada buscando el segundo, Zuñiga saltó a por un balón para impedir que Neymar controlara y montase la contra. El defensa colombiano, en su afán por saltar más que el brasileño, elevó la rodilla más de la cuenta e impactó en la espalda de Neymar. A partir de ahí comenzó el drama, las asistencias entraron en el campo a llevarse a un Neymar que gritaba de dolor, y en ese momento nadie se imaginaba el diagnóstico final. La llegada a la clínica del brasileño no era muy alentadora, y minutos después se conocía la fatídica noticia para los brasileños, fractura de vértebra y adiós al Mundial para Neymar. Brasil lloraba por su estrella, y en cuestión de minutos era lo único que importaba en el país. Daba igual estar en semifinales ante Alemania, ya no había alegría, solo preocupación por la estrella que dejaba huérfana a la seleçao.

 La lesión de Neymar, que deja a Brasil con pocas opciones de llevarse su Mundial, tapa las carencias mostradas por los brasileños en el partido de ayer. Ante una Colombia superada por el escenario y el momento, Brasil jugó medio hora en la primera parte, y cuando se vio por delante en el marcador levantó el pie del acelerador y se echó atrás. Un gol de Thiago Silva, a balón parado otra vez, daba oxígeno a una selección que tenía que reivindicarse tras el sufrimiento ante Chile. Las críticas a los jugadores durante la semana, la presión de jugar en casa y tener a todo un pueblo detrás, parece que atenazan a estos jugadores, pero nada más lejos de la realidad. La culpa de la racanería de Brasil y de su falta de ambición y exceso celo defensivo tiene un solo culpable, Luis Filipe Scolari. El seleccionador brasileño, que se ha encargado de quejarse de todo, e incluso de decir que no quieren que Brasil gane el Mundial, se refugia en elementos externos para tapar el drama de su equipo. Brasil no juega a nada, no tiene un plan de ataque, ni siquiera una idea de juego que no sea defenderse, mal, y salir corriendo. De momento lo ha salvado el balón parado, los goles de Neymar y alguna ayuda arbitral, por no hablar de Julio César y los chilenos en la tanda de penaltys ante Chile. Ahora sin Neymar, las pocas posibilidades que veía de que Brasil consiguiera su sexto campeonato han bajado considerablemente.

 El martes espera en semifinales a Brasil, una selección alemana que aunque no esté en su mejor momento físico, como quedó demostrado ante Francia, es muy superior a la brasileña futbolisticamente hablando. Brasil cuenta con dos bajas considerables, Thiago Silva, que se llevó una torpe tarjeta amarilla ante Colombia, y la fatídica de Neymar. Scolari tiene que replantearse su plan, es decir, tendrá una excusa para meter más defensas amparándose en las bajas que tiene. En condiciones normales, Alemania debería tener el balón y dominar a Brasil, algo que a Felipao no le importa, pero ya no tendrá a Neymar para correr a la espalda de la lenta defensa alemana. Brasil tenía a Neymar como gran esperanza para llevarse el Mundial, y el mundo del fútbol, FIFA incluida, suspiraba por una final Brasil-Argentina en Marcaná, o lo que es lo mismo, un Neymar-Messi. Ahora parece que el Mundial se aleja un poco más para los brasileños, pero lo cierto es que por el juego que han desplegado, nunca estuvo cerca. A Brasil parece que se le escapa el Mundial, pero en el fútbol nunca se puede decir nunca. 

 Parece claro que sin Neymar Brasil es menos Brasil, y que el Mundial es menos Mundial. Puede que Brasil lo gane como en el 62, cuando Pelé se lesionó y todo parecía perdido para los brasileños. Aquella vez se repusieron, porque había equipo para sustituirlo, pero esta vez, parece que sin Neymar sus compañeros no podrán llevarse el título. Ojalá que el brasileño se recupere pronto, y que no se siga demonizando a un Zuñiga que creo que nunca fue con la intención de lesionarle. El martes saldremos de dudas, pero todo apunta a que sin Neymar, no hay Mundial.