Este Atleti, va muy en serio

 Cómo venimos advirtiendo en este blog desde principio de temporada, este Atlético de Madrid va muy en serio. Un 4-0 colocaba a los colchoneros líderes del campeonato, y pudo haberse consumado el resultado si Diego Alves no hubiera parado uno de los dos penalties a Costa. El Valencia aguantó sesenta minutos al conjunto rojiblanco, y al final acabó llevándose tres goles a la capital del Turia. Djukic tiene un examen final contra el Real Madrid el fin de semana que viene, y por lo que parece su puesto corre más que serio peligro.

 Empatado a casi todo con el Barça, el equipo colchonero es líder de la competición junto a los culés. Parecía que el tirón de la Champions League, haría que el potencial Atlético en liga menguara. Sin embargo, tras el "paseo" en su grupo, la Liga se ha convertido en una posibilidad real en las últimas semanas. El Atlético, que ha convertido el Calderón en un feudo inexpugnable, ha conseguido que la comunión entre el equipo y la afición sea más grande que nunca. El aficionado atlético ya no va al Calderón a ver que pasa, acude a su localidad sabiendo que su equipo lo hará disfrutar durante un buen rato. El equipo va a por el partido desde el primer minuto, aún sabiendo que el rival pueda esperarlo atrás cómo hizo hoy el Valencia en el primer tiempo. 

 Si uno se para a analizar el ataque atlético, se dará cuenta de que la superioridad en ataque, creada por los laterales, hace que el rival tenga que multiplicarse para poder defenderse. Un Diego Costa que está en estado de gracia, atrae a los dos centrales con su movilidad, dejando libre a Villa para recoger el balón. Los laterales del equipo contrario, se ven abocados a defender el centro de su defensa, ya que los interiores rojiblancos, Koke y Arda, los empujan hacia ahí. Por lo tanto, la banda queda libre para Juanfran o Filipe, ya que los interiores del equipo contrario tienen que ayudar a sus medio centros con Gabi y Tiago. El resultado, es que Villa, Koke o Arda, siempre tienen una situación de uno para uno con sus rivales. De esta forma, esperan a su lateral, para hacer un dos contra uno a la defensa rival. Ahí empieza la superioridad, y por lo tanto, el quebradero de cabeza constante para la defensa del equipo contrario. 

 Todo este movimiento, que explicado así puede que parezca fácil, tiene muchísimo trabajo detrás. Las incorporaciones de los laterales, que nunca son por casualidad, están medidas al milímetro. El equipo funciona cómo un acordeón, que se abre y se cierra al mismo compás. Cuando se cierra, el equipo se convierte en un muro infranqueable. Cuando se abre, se desata la estampida. Todo se hace con un nexo de unión que es el balón, tanto para atacar, cómo para defender. El equipo se mueve cómo una unidad allá donde va el balón, es decir, cuando el rival ataca por la derecha, las tres líneas atléticas caen hacia la derecha sin apenas mover su eje. Cuando quiere presionar, todos se mueven para ahogar al rival. Y cuando un equipo consigue defender así, tiene ya mucho ganado. A partir de esa defensa, se elabora un ataque que te lleva a una zona, para matarte por la otra. Visto así, la táctica atlética sería la más básica jamás vista. Pero lo básico, a veces, es extremadamente difícil. 

 La virtud de este equipo, es que es un equipo. La redundancia puede parecer una obviedad, pero todos los miembros del equipo saben que tiene que hacer su trabajo para que el de su compañero tenga sentido. Para todo el que haya visto la película de "Un domingo cualquiera", en la que Al Pacino es un entrenador de fútbol americano, comprenderá la comparación que voy a hacer ahora. Pacino, da un discurso a sus jugadores antes de un partido importante. Pide a sus jugadores que miren a los ojos del compañero que tengan al lado, y les lanza esta arenga. 

 " Descubres que la vida es cuestión de pulgadas. Así es el fútbol, porque, en cada juego, la vida o el fútbol el margen de error es muy pequeño. Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a pasarla. Medio segundo más lento o mas rápido y no llegas a cogerla. Las pulgadas que necesitamos están a nuestro alrededor. Están en cada momento del juego, en cada minuto, en cada segundo. En este equipo luchamos por este terreno. En este equipo nos dejamos nosotros y cada uno de los demás por esa pulgada que se gana. Porque cuando sumamos una tras otra, porque sabemos que si sumamos esas pulgadas, eso es lo que va a marcar la puta diferencia entre GANAR O PERDER, ENTRE VIVIR O MORIR. Os diré una cosa, en cada lucha, aquel que va a muerte, es el que gana ese terreno. Y sé que si queda vida en mi, es porque aun quiero luchar, y morir por esa pulgada. Porque vivir, consiste en eso. Las seis pulgadas frente a vuestras caras. Yo no puedo convenceros de que lo hagáis. Tenéis que mirar al que tenéis a vuestro lado, MIRADLE A LOS OJOS! Creo que vais a ver a un tío dispuesto a ganarla con vosotros, vais a ver a un tío que se sacrificara por este equipo. Porque sabe que cuando llegue la ocasión, vosotros haréis lo mismo por él. Eso es un equipo caballeros. Y nos curamos ahora cómo equipo. O moriremos como individuos. "

 El equipo del Cholo ha decidido ganar esa pulgada, y lo ha hecho porque el Cholo los ha convencido de eso. El mérito de Simeone, y de todo su equipo de ayudantes, es que han convertido en ganador a un equipo que nunca llegaba a esa pulgada. Ahora, en cada lucha, el Atlético va a muerte. El aficionado rojiblanco puede que este año vea a su equipo levantar un gran trofeo, o incluso dos. Puede que al final no lo haga, pero seguro que va a ver un equipo que lucha por cada pulgada hasta el último segundo. Este equipo tiene impregnado un gen ganador, y eso es gracias a su entrenador. Quizá el año que viene, los señores de la FIFA, reparen su error de este año y nominen a Simeone cómo el mejor entrenador del año. El estado de felicidad se ha instalado en el Calderón, y parece que la política de ir partido a partido funciona. Mientras tanto, el Atlético seguirá luchando cada pulgada, y Real Madrid y Barça deberán andarse con mucho ojo si aspiran a ganar el campeonato. Veremos.