Esperando a Puyol

  En un nuevo capítulo de sus curaciones milagrosas, el capitán culé, parece estar ya listo para volver a los terrenos de juego. De nuevo, Puyol, ha obrado el "milagro" y ha reducido los plazos de su recuperación.


 Cuando hablamos de Puyol, hay que quitarse el sombrero, porque es uno de esos jugadores que se ven cada muchísimos años. Estoy seguro, que cuando pasen los años, y al aficionado al fútbol se le pregunte que recuerda de aquel Barça del ciclo glorioso que enamoró al mundo, responderá Messi, Iniesta, Xavi  y Guardiola, y muy pocos recordarán la enorme contribución del Capitá. Y es que Puyol, es uno de esos jugadores que prefieren alejarse de los focos, que mantienen un perfil bajo, y que no les gusta hacer ruido. Nunca se verá al 5 azulgrana, diciendo una palabra más alta que la otra en una rueda de prensa, siempre rehuyendo la polémica y alabando a sus compañeros. Pero desde este blog, queremos dar un pequeño homenaje, a uno de esos jugadores que son tanto, o más necesarios que cualquier estrella.

  Carles, ha vuelto a recuperarse en un tiempo récord, algo que no es nuevo para el capitán culé, ya que lo ha hecho en varias ocasiones. Quizá otro, alargaría más el tiempo de su recuperación, o incluso se plantearía la retirada, pero Puyi nunca se rinde, cuanto más grande es el reto, más es el empeño que pone el de la Pobla del Segur. Y es que la profesionalidad, la entrega, el sacrificio, y el amor a sus colores está fuera de toda duda. En un claro ejemplo de profesionalidad, Puyol no se ha decidido a darse por recuperado hasta estar al 110%. A Carles no le vale volver, quiere volver para ser competitivo, e incluso más que cuando se fue. Y es que la nobleza, es una de las características fundamentales de este gran jugador. Recuerdo un detalle en la semifinal contra el Chelsea, en la que el gol de Torres daba al traste con las esperanzas blaugranas de reeditar título continental, en el que Puyol tuvo problemas en una muñeca. Jugadas después, el capitán seguía doliéndose de su maltrecha muñeca, y a la salida de un corner, Terry, agarraba con saña la muñeca de Carles. En una acción, en la que cualquier otro reaccionaría de otra manera, incluso devolviendo el regalo al oponente, Puyol se limitó a sonreír y dar una palmada en el hombro a un Terry que se quedó desconcertado ante el aguante de Carles. Y es que Puyol es así, capaz de pasar por alto el desaire rival, y capaz de abroncar a Busquets en pleno partido por fingir una lesión inexistente. Incluso de zarandear a los Thiago y Alves, cuando estos celebraban de forma ostentosa un gol que suponía el 0-5 para los azulgrana. Y es que el respeto, tanto para el contrario, cómo para la afición rival, sus compañeros y la propia, es uno de los fundamentos de Carles. Gane o no gane siempre tiende la mano, y es el último en retirarse del Camp Nou para agradecer a su público. Y quizá Carles, haya tenido uno de los gestos más nobles de la historia del deporte, cuando cómo capitán le correspondía levantar la Champions que el Barça ganó en Londres, cedió el testigo a un Abidal que había pasado por uno de los peores momentos de su vida. Ese pequeño gesto, hizo que cuando Abidal levantó la copa, el mundo entero aplaudiera a un Puyol que quitó mérito al gesto diciendo que es algo que cualquiera haría. Y es que así es Carles, un deportista noble, que representa los tan de moda "valors", y que los lleva puestos siempre que juega.

  Uno de los detalles que resume la carrera de Puyol, es una jugada que para muchos haya quedado en el olvido, o puede que haya pasado inadvertida. Es una jugada en  un Barça-Depor, en la que Valerón filtraba un pase genial a Makkay, que dejaba a este con una galopada por delante de casi 40 metros hasta el portero azulgrana, ante la desolada mirada de un impotente Frank De Boer, que volvía al trote esperando un fallo de su compatriota o la salvación del portero. Pero sin embargo, desde el centro del campo, emergió una bala, un Puyol que corría como si le fuera la vida en ello. Mientras Makkay regateaba al portero, Puyi se adentraba en el área, y con un gesto desesperado, saltaba para evitar el gol, que era inevitable, ya que Makkay, aunque golpeó suave, tenía demasiada ventaja. Pero eso es lo que define a Puyol, nunca se rinde, siempre va al límite, mientras De Boer volvía trotando ante una acción casi decidida, Carles corría como un desesperado aún a sabiendas que no lo conseguiría, y eso amigos, no se paga con dinero. El coraje, y el esfuerzo que pone en cada jugada, es contagioso, cuando Puyol está en el campo, consigue que todos sus compañeros estén en tensión, al igual que él. Y es que si el Barça es mes que un club, Carles es mes que un Capitá.

  Además, ahora mismo, las cualidades de Puyol, vienen muy bien al equipo de Martino, ya que su lógica pérdida de velocidad, a causa de los años, la ha compensado con una perfecta colocación , y un poder de anticipación al alcance de muy pocos. Porque Carles, es el jefe de la defensa blaugrana, y cabe recordar que la mejor versión de Piqué la hemos visto cuando jugaba al lado del Capitá, y es que la jerarquía, las dotes de mando, y la capacidad para levantar el ánimo de todos sus compañeros es algo innato en el 5 azulgrana. Puyol no tendrá la magia de Iniesta, ni la visión de juego de Xavi, ni la clase de Piqué, ni el talento de Messi, pero tiene algo que se ha forjado con los años, liderazgo y sobre todo el respeto y la admiración por parte de cada uno de ellos y de la afición barcelonista.

   Carles no será nunca recordado cómo el mejor, ni siquiera será recordado cómo uno de los mejores de aquel Barça mágico, pero vaya donde vaya, y juegue donde juegue, siempre será el corazón de su equipo. Desde aquí le deseamos la mejor de las suertes en su vuelta.

  Felicitats, Capitá!

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