Benzema, ahora o nunca

   Tras confirmarse la salida de Ozil, y tras la presentación de Gareth Bale. Al aficionado madridista, le queda un último frente abierto, aparte del ya tan manido tema Casillas, la explosión de Benzema, se espera en Chamartín como agua de Mayo.

   

  Hace ya cinco años, aterrizaba en Madrid, un chico de Lyon, que era la joya buscada por media Europa. El chico que salió del suburbio, llegó al primer equipo del Olympique de Lyon con una proyección enorme. Ese mismo chico, que cuenta la leyenda, se subió a una silla en el vestuario y dijo a los veteranos que iba a quitarles el puesto. Pronto se convirtió en ídolo de Gerland, una técnica prodigiosa y una definición al alcance de los elegidos, hacían las delicias de los aficionados galos. Todas las esperanzas del fútbol francés, estaban depositadas, en el chico que veía vídeos de Ronaldo (Nazario) para aprender movimientos nuevos, el chico que iba a ocupar el trono que heredaría de Zidane cuando dejara su sitio en Les Bleus. Pronto llegó el interés de los grandes de Europa, pero Aulas hacía oídos sordos a cualquier oferta. Se habló de Manchester y sobre todo del Barça. Guardiola estaba enamorado del juego del francés, que encajaría como anillo al dedo en la filosofía culé. De hecho, a toro pasado, ese verano, Villa aterrizó en Can Barça, y a mi modo de ver, si el asturiano hubiese firmado por el Madrid y Benzema por el Barça, habrían tenido mucho más éxito en su carrera, ya que el fútbol de los equipos por los que no ficharon, se adaptaba más a las características de ambos. Pero Florentino se empeñó en traer al 9 galo, incluso visitó su casa en Lyon para convencerlo. Convencido el delantero, al máximo mandatario blanco, solo le quedaba negociar con un Aulas que no perdonó ni un euro. Previo pago de 40 millones de euros, Benzema se convertía en jugador del Madrid, el club en el que había jugado su ídolo Ronaldo y su máximo valedor Zidane. En su presentación, a la que asistió numeroso público, Benzema llenó de ilusión a un público que esperaba mucho del galo.

   Benzema comenzaba su singladura como jugador blanco, en una temporada en la que la adaptación, y la falta de conocimiento del idioma, le sirvieron de "excusa" al francés. Pero ya en la segunda temporada, y con Mourinho de entrenador, las excusas ya no valían. El portugués le exigió desde el primer momento, incluso llegó a azuzarlo comparándolo con un gato con el que tenía que ir a cazar, ya que no tenía al perro. Todos sabemos que Mou, se refería a un Higuaín que estaba lesionado, pero por lo que nos cuentan, la idea del portugués de alentar al francés, no fue del agrado del 9 galo. Benzema disfrutó de más minutos que en su primera temporada, pero sus números y sobre todo su juego, no eran los esperados. Problemas extradeportivos, falta de tensión en el campo, incluso desgana, era lo que se le achacaba a un Karim que no terminaba de cuajar. Sin embargo en la segunda temporada de Mou, la de la Liga de los récords, Karim mostró su mejor nivel, fue titular en los partidos más importantes y su conexión con CR7 y Ozil, provocó muchos de los 120 goles madridistas en Liga. Sin embargo Mourinho, en su política de mantener a sus dos delanteros en tensión y alternarlos sin llegar a afirmar cual era el titular, hacía que ambos no llegaran a tener total confianza. El año pasado, un Benzema triste, como el equipo, bajó mucho su nivel. Esto hizo que el Bernabéu comenzara a pitar al galo, y visto desde fuera, daba la impresión de que a Benzema no le importaba demasiado. 

   Esta temporada, el Madrid, en un gesto de máxima confianza hacia Benzema, y convencido que la competencia atroz con Higuaín no beneficiaba a ninguno, accedió al deseo del argentino de ser traspasado. Con el argentino en tierras italianas y con la confianza de Zidane, que se convertía en segundo de Ancelotti, auguraban que esta sería la temporada del galo. Pero su desidia, su falta de intensidad y la falta de velocidad que se le intuye, han terminado por desesperar al aficionado blanco, que pita cada vez que Benzema falla. Un Benzema, que ya solo cuenta con la competencia de Morata como delantero centro, pero el devenir de la temporada nos dirá si Carlo apuesta por dejar a Cristiano en punta, o al posible delantero que venga en las dos horas escasas que nos quedan de mercado. Con la marcha de Ozil, la llegada de Bale e Isco, unido a la negativa de Ancelotti de deshacerse de Di María, no sería nada descabellado que Benzema diera con sus huesos en el banquillo blanco a no ser que se ponga las pilas. El palo de ayer de Ancelotti, nos deja la impresión de que para Carlo no es un intocable, al igual que para la afición madridista que parece que se ha cansado de esperar la explosión de Karim.

   Sea como fuere, Benzema tiene la oportunidad de demostrar que sigue siendo aquel chico de barrio que sorprendió a Europa con su calidad. Ya sabemos que la tiene, porque lo ha demostrado, ahora queda en su mano aprovechar el que puede ser su último tren en Madrid. Su afición y su presidente, lo están esperando. Veremos si la paciencia de ambos, no se acaba pronto. Desde aquí, como esperamos de todos los grandes jugadores, esperamos que Karim vuelva a deleitarnos cuanto antes, sino todo apunta a que la puerta de Chamartín se abrirá pronto.

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