Isco se queda solo

    La marcha de Mesut Ozil, ha dejado al del Arroyo de la Miel cómo el jugador más creativo de la plantilla madridista. Veremos si hereda el 10 del alemán, pero si queda un 10 puro en el equipo, ese es el malagueño.


    Se puede decir que Isco es de esos jugadores tocados con una varita mágica, de esos jugadores capaces que con una sola pincelada puede poner en pie a un estadio. El malagueño ha caído en gracia en Chamartín, con apenas tres jornadas disputadas en la Liga, y solo dos en el Bernabéu, la afición blanca parece haber encontrado a un nuevo ídolo. Pero ahora Isco se queda solo, y cuando digo solo, me refiero a que queda como único jugador de último pase de la plantilla blanca. Podríamos meter a Modric en el selecto grupo que compartía con Ozil, pero el croata parece que se ha ganado el puesto en el medio centro, además de los aplausos de la hinchada blanca, donde parece que también, tras mucho trabajo, ha caído en gracia. Isco tiene calidad de sobra y una visión de juego al alcance de los elegidos, pero ocupar el hueco "imaginativo" que deja Ozil va a ser difícil. 

   La sociedad que el alemán formaba con Cristiano era realmente letal. Unas supuestas declaraciones del luso, nos dejan muy a las claras el entendimiento que tenía con el otrora 10 blanco. En las mismas, Cristiano afirma que Ozil conocía sus movimientos de cara a gol como nadie. Pero no solo Cristiano va a echar de menos al nuevo jugador del Arsenal, su carácter combinativo, hacía que la sociedad que formaba con Benzema, desatara combinaciones a un toque que no se veían entre ninguno de los demás jugadores madridistas. Ozil siempre tenía ese pase para Cristiano al espacio, esa pared con Benzema, ese desahogo para Alonso y la asistencia a la espalda del defensa para Di María. En pretemporada, Ancelotti los probó a los dos juntos e incluso en Granada ambos fueron de la partida. Todos pensábamos que los dos jugadores, tardarían poco en comenzar a entenderse, de hecho Mesut parecía que entendía que tenía que escorarse a la derecha para que todos "cupieran", pero la cara del alemán al ser sustituido en Granada lo decía todo. La inminente llegada de Bale y el enorme trabajo de Di María, hacían que Ozil se pensara muy mucho su salida del Madrid, y como todos sabemos la salida se consumó. 

    Ancelotti tiene un quebradero de cabeza menos, y todo apunta a que el ataque madridista será el formado por Cristiano, Isco, Bale y Benzema. Parece que Carlo se decantará por dos medio centros e Isco será el encargado de surtir a las balas CR7 y Bale. La apuesta de fútbol de toque del italiano, pasará por las manos de Isco, ya que será el canalizador de todo el juego blanco. El equipo blanco está diseñado para correr, es algo que lleva en su ADN. Cristiano y Bale son dos de los jugadores más rápidos del planeta, les encanta correr al espacio y si Carlo quiere tocar va a tener que poner freno a sus dos balas. Lo que está claro es que el peligro blanco a la contra seguirá siendo enorme, incluso mayor que antes de la llegada de Bale. 

   Sea como fuere, el desafío que tiene ante sí el del Arroyo de la Miel, es el más importante de su carrera. En su año de llegada, tendrá que llevar sobre las espaldas la responsabilidad de surtir a un ataque que dependerá de él en buena medida. Isco tiene condiciones para hacerlo, la pregunta es que hará el Madrid en caso de no tener al 23 disponible. El último precedente de un malagueño que hubiera enamorado así a la afición blanca es el del desaparecido Juanito, la leyenda blanca a la que se invoca cada vez que hay que remontar una eliminatoria. Isco ya se ha ganado el aplauso de su afición, ahora falta que se confirme en las grandes plazas. Queda por demostrar su entendimiento con Cristiano y con el recién llegado Bale. De momento, Ozil lo ha dejado solo dentro de la lámpara, ahora cuando Ancelotti la frote, sólo tendrá al del Arroyo de la Miel, seguro que Isco no defrauda. Veremos si al final, el Madrid e Isco no echan de menos al alemán.




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