Aprobado raspado

 Una vez terminada la primera vuelta del campeonato, toca hacer balance de lo que nos han deparado los primeros diecinueve partidos en casa Celta. Un equipo del que se esperaba más, se ha topado con la cruda realidad del campeonato. Sino marcas, y no defiendes bien se te hace muy cuesta arriba. Así que vamos con el análisis.



 Comenzaba la competición, tras una pretemporada en la que se probó mucho antes de definir un once, con la sorpresa de la cesión de Túñez a un equipo israelí. Por lo que parece, el central gallego, no consiguió convencer a Luis Enrique para quedarse en la plantilla. Sin embargo, mi opinión es otra, y tiene una lectura mucho más simple. La llegada de Fontás, central zurdo y petición del entrenador asturiano, chocaba con la posición del canterano celeste. Por una manía, tendencia o una razón que no alcanzo a entender, a todos los entrenadores les cuesta mucho jugar con dos centrales zurdos. Estoy seguro de que el nivel de Túñez es superior al de Cabral, Samuel o Costas, pero Luis Enrique ya tenía su central zurdo. Por lo tanto, la única solución que quedaba era la salida del gallego. Otra de las posibles salidas era la de Orellana, que tampoco contaba para el asturiano. El chileno, que parecía que con la llegada de Nolito y Rafinha se quedaba sin sitio, tenía las puertas abiertas para irse a donde quisiera. No sé si no llegaron ofertas, o es que el chileno decidió no irse. Probablemente, fue una conjunción de las dos cosas. Comenzó el campeonato, y Luis Enrique afirmó que contaba con el chileno cómo uno más de la plantilla.

 La recaída en la enfermedad de Tito Vilanova, abría las puertas del banquillo culé a Luis Enrique. Durante varias semanas, el técnico estuvo en boca de todos los medios por su posible vuelta al equipo del que ya había sido entrenado del filial. Esto provocó que en la concentración de Melgaço, se hablara más de la posible marcha del técnico, que de la nueva filosofía de juego o del nuevo estilo que traía el asturiano. La primera de las decisiones del entrenador, fue incorporar a la concentración a varios canteranos. Los Yelko Pina, David Costas, Mina y Ferrán, junto con el ya "veterano" Rubén Blanco, formaban parte de la pretemporada celeste.

 El campeonato comenzaba con muchas expectativas, una plantilla renovada y con fichajes de relumbrón invitaban al optimismo. La llegada de Nolito, que había cuajado un gran final de temporada en Granada, Charles pichichi de la Liga Adelante con el Almería, y sobre todo la llegada de Rafinha hacían soñar al aficionado celeste. A estas incorporaciones, había que sumar la del ya mencionado Fontás, además de la recuperación de Samuel para la práctica del fútbol. Sin embargo, el central volvía a lesionarse a principio de temporada. Esto dejaba a Luis Enrique con Vila, Fontás y Cabral cómo únicos centrales sanos. Esto hizo que el Celta pidiera la cesión de Aurtenetxe, el cual podía jugar de central y lateral izquierdo, posición que se había quedado huérfana tras la marcha de Roberto Lago al Getafe. La vuelta del hijo prodigo a Vigo, Rafinha, levantó una gran expectación. Tras su gran temporada con el Barça B, parecía la guinda a una plantilla que apuntaba alto. Entonces la Liga comenzó, y comenzaron los problemas. Luis Enrique decidió confiar en David Costas, central de la cantera, al que dio minutos desde el principio de temporada. Victorias cómo la conseguida en Sevilla ante el Betis, no se veían refrendadas en casa donde los celestes no pasaban del empate con Espanyol, Villareal y Granada. El buen juego desplegado por los olívicos, no encontraba los resultados esperados.

 En la inauguración del nuevo San Mamés, donde Charles tuvo el honor de hacer el primer gol en la historia del nuevo campo, el Celta se dejó levantar el partido. Fallos defensivos, que se repitieron a lo largo de toda la primera vuelta, privaron a los celestes de llevarse algo bueno de Bilbao. El Celta no arrancaba en casa, y perdía contra el Elche, rival directo para salvarse. Además, la siguiente jornada se caía en Getafe, en un partido en el que los errores defensivos volvieron a privar a los de Luis Enrique de puntuar algo. En la visita al Calderón, el huracán Costa pasó por encima de un Celta que propuso más que el Atlético, pero de nuevo el buen juego no se vio recompensado. Esa tendencia, vino repitiéndose en muchos partidos, el Celta jugaba y proponía más que sus rivales pero no lograba nada. La puntilla fue el partido ante el Levante, donde un equipo que no hizo nada para llevarse el partido, acabó dejando sin puntuar una vez más al Celta. Llegaba el ecuador de la primera vuelta, y el Celta ya coqueteaba con los puestos de descenso. Además no conseguía ganar en Balaídos, algo que comenzaba a levantar dudas entre la afición.

 Llegó el partido de Málaga, donde el Celta dio una auténtica exhibición de fútbol y sobre todo de cómo jugar a la contra. El 0-5, plasmaba a la perfección la idea del técnico asturiano, movimiento rápido de balón y llegar arriba con peligro. Sin embargo, la siguiente semana el rival no era el ideal para conseguir la primera victoria en casa. El Barça, al que el Celta llegó a discutirle el balón durante muchos minutos, acabó imponiendo su pegada y llevándose los tres puntos. De nuevo había que volver a Sevilla, donde los esperaba el equipo de Emery. Un grave error de su portero Beto, hacía que el Celta volviera a traerse tres puntos de Andalucía, donde cuenta sus visitas por victorias. Parecía que con la visita del Rayo, otro rival directo por la permanencia, por fin se estrenaría el Celta ante su público, pero volvió a salir cruz. Un rival de estilo muy parecido a los celestes, mató al Celta con dos goles en los que la defensa celeste volvió a quedar retratada. En la visita a San Sebastián, un partido que el Celta tenía ganado, tras remontar el primer gol de Vela se convirtió en un nuevo varapalo para los celestes. El póquer de Vela, hizo que el Celta se dejara levantar un 1-3 que parecía definitivo. De nuevo la defensa, volvía a ser el talón de Áquiles de los celestes.

 Visitaba Vigo un nuevo rival por la permanencia, el Almería, y la afición necesitaba la victoria tanto o más que el equipo. Todo parecía ponerse en contra con el gol inicial de Suso, pero el equipo consiguió levantarse y conseguir así su primera victoria en casa. El 3-1, era un soplo de aire fresco para un equipo que necesitaba una bocanada de aire. Sin embargo, este buen resultado no pudo refrendarse en el partido de la niebla en Valladolid. Los tres goles de Javi Guerra, de nuevo con la colaboración de la defensa, rebajaban el subidón tras la victoria en casa ante el Almería. La visita del Osasuna, nuevo rival directo, era una buena piedra de toque para calibrar el golpe recibido en Valladolid. El tempranero gol de Armenteros, dejó sin capacidad de reacción al conjunto olívico, que al final consiguió empatar el partido. El Osasuna se llevaba un punto, y el Celta volvía a no ganar en casa ante un rival directo. El punto de inflexión, llegaba con la visita al Bernabéu. En un partido en el que el Celta hizo muchos méritos para llevarse los tres puntos, sólo la diferencia de puntería entre ambos equipos acabó con el sueño celeste. Las dos claras ocasiones de Charles, en las que pudo poner por delante al Celta, no las perdonaron Benzema y Cristiano. El Real Madrid llegó tres veces y metió tres goles, mientras que el Celta no consiguió materializar sus dos más claras. Sin embargo, el buen juego celeste, que puso contra las cuerdas al Real Madrid, marcó un punto de partida.

 El Celta venía de un gran partido en Madrid, en el que no había puntuado pero en el que había dado la cara. El Valencia del recién estrenado Pizzi, visitaba Vigo tras su victoria en el derby ante el Levante y su gran partido de Copa ante el Atlético de Madrid. El gol de Parejo, hacía temer lo peor a la parroquia celeste, pero Charles se redimió y los goles fallados en el Bernabéu los convirtió aquel día. El Celta cerraba la primera vuelta con 19 puntos en 19 partidos, fuera del descenso y con solo dos victorias en casa. Pero el análisis de la primera vuelta tiene que ir más allá de los resultados, ya que en la segunda el Celta debe mejorar en muchos aspectos. Ahora que Luis Enrique parece haber encontrado un once tipo, en el que solo algunas piezas cambian, el equipo solo puede mejorar y concretar las ocasiones que crea con su juego.

 El resumen de la primera vuelta, no puede pasar por alto los enormes fallos defensivos del equipo. En la arriesgada decisión, que debe de ser aplaudida, de dar tantos minutos a David Costas, ha quedado reflejado que la falta de experiencia del canterano lo ha llevado a cometer algún que otro fallo. Otro de los debe, es la posición de lateral izquierdo, donde Toni jugó la mayoría de los partidos y sus carencias defensivas se notaban demasiado. El coruñés, que llevaba peligro en sus incorporaciones al ataque, fallaba demasiado en el centro al área. Además, le costaba muchísimo el repliegue por su falta de costumbre. Luis Enrique quiso inventarse un lateral, peor el experimento no salió bien. Aurtenetxe jugó algunos partidos y la diferencia se notaba, aunque parece que Jonny ha acabado por hacerse dueño de la posición. Otra de las posiciones sin recambio, es la de medio centro. Posición en la que solo Oubiña, es el único centrocampista puro del equipo. Cuando ha faltado el capitán, Fontás ha ocupado su posición, pero la diferencia es bastante clara. La posición de Rafinha se ha ido modificando, ha pasado de ser uno de los interiores que acompañaban a Oubiña a jugar en banda derecha. La condición física del talentoso jugador, ha hecho que en muchos partidos llegado el minuto 70 estuviera completamente agotado. En los últimos partidos, parece que ha cogido ritmo y no es necesario cambiarlo antes del final del choque. Una buena noticia para el Celta, ya que este año ha de aprovecharlo al máximo porque seguramente la cesión no se repita.

 Ahora que parece que Orellana tiene sitio en el once, y que se le ha "recuperado" para el fútbol, Luis Enrique tiene más variantes para su centro del campo. En este centro del campo, Álex López es el único que tiene un puesto fijo, ya que el ferrolano ha sido el mejor del equipo en toda la primera vuelta junto con Hugo Mallo a mi juicio. A partir de ahí, los interiores se alternan entre Augusto y Krohn Dheli, que parece que han sido apartados de la banda para ayudar en el centro a crear juego. Nolito en los últimos partidos ha comenzado en el banquillo, y a mi juicio es un jugador que debería ser más aprovechado. El andaluz, aporta un desequilibrio y una llegada que ningún otro jugador de la plantilla tiene. En la delantera, la aportación de Charles es bastante irregular, y Mina ha sido un buen recambio que aún está verde de cara al gol. Si la efectividad mejora, el Celta no debería sufrir para salvarse, pero sino tendrá problemas.

 La nota que pongo a la primera vuelta es de un aprobado raspado, porque el lunar de no ganar en casa ante rivales directos pesará en los encuentros de vuelta y de cara al golaverage. El equipo funciona mejor fuera de casa que en Balaídos, pero parece que esa tendencia está cambiando. De hacerse fuerte en Vigo, dependerá mucho la tan ansiada salvación. Lo que está claro, es que los que echaban las campanas al vuelo diciendo que este equipo aspiraba a cotas más altas, han tenido que ceder ante la cruda realidad. Es una buena plantilla, pero que sin gol no puede aspirar a más que salvarse. El Celta juega bien, trata bien el balón, pero no define. Además, los problemas defensivos te matan cuando no marcas. A balón parado, y en centros laterales, el Celta sufre muchísimo, y eso hace que el peligro para la meta celeste venga de muchas formas diferentes. Solo las grandes actuaciones de Yoel, portero en el que no confiaba a principio de temporada, han evitado alguna que otra derrota. Si el Celta mejora en defensa, y consigue acertar más de cara al gol, logrará la permanencia sin ninguna duda. Veremos.

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