Resumen Real Madrid-Celta

  Saltaba el Celta al césped del Santiago Bernabéu con las ideas muy claras, presión en el centro del campo y a volar cuando recuperara el balón. La novedad en el once celeste, fue la entrada de Jonny en el lateral izquierdo en lugar de Aurtenetxe. La explicación táctica, no era otra que forzar la salida de Di María para su pierna derecha, y cerrar así las internadas del argentino de fuera a dentro. Otra novedad fue la de Orellana, que dejaba en el banquillo a Nolito, al que Luis Enrique reservaba para la segunda parte.



 El conjunto celeste, que salió de manera valiente a buscar al Madrid, mantuvo un muy alto nivel durante los primeros quince minutos. El centro del campo formado por Alonso, Modric, Isco y Di María, no era capaz de atravesar las dos líneas que tenía plantadas el conjunto olívico en el centro del campo. La gran labor de Oubiña, que adelantó su posición respecto a otros partidos y no estaba metido entre los centrales a la hora de sacar el balón, hizo que este pudiera combinar mejor con Álex López y Augusto. El trabajo del argentino, y sobre todo del ferrolano, hicieron que las salidas a la contra, llevadas siempre por Rafinha crearan peligro a un Real Madrid que parecía dormido.

 El planteamiento de Luis Enrique tenía una idea clara, en cuanto se robara el balón debía ir a la banda derecha celeste. En ella, un superlativo Rafinha en la primera parte, se enfrentaba con Marcelo en un uno contra uno constante. La falta de ayudas al lateral brasileño, hacían que Rafinha pudiera combinar con Augusto que acudía a la ayuda del hoy extremo celeste. Las subidas de Hugo Mallo, en las que Cristiano no le acompañaba, hacían que la banda izquierda fuera el talón de Aquiles de los blancos. El Celta seguía con sus idea, y en una de sus contras llegó la ocasión más clara. En un balón a la espalda de la defensa blanca, en la que Pepe se quedó y no hizo el fuera de juego, el delantero brasileño se quedaba sólo ante Diego López. El delantero celeste, que tuvo tiempo para pensarse el remate ante la caraja de la defensa blanca, aguantó tanto cómo el portero de Paradela. Charles quiso ajustar al palo corto, pero el portero gallego aguantó y tapó el tiro del brasileño con una gran intervención. La oportunidad de oro de los celestes se esfumaba, pero no parecía que fuese la última.

 Pasados los primeros quince minutos, el Real Madrid despertó de su letargo. Se sacudió un poco la presión céltica, y empezó a echar un poco para atrás a los celestes. Sin embargo, la línea defensiva del Celta, muy bien acompañada por el centro del campo, aguantó las intentonas madridistas. El Real Madrid intentaba cazar al Celta en alguna contra, pero el Celta quería hacer exactamente lo mismo. El Madrid recuperaba un poco la posesión, pero no parecía llevar peligro a la meta celeste. Solo a balón parado, y en algún centro lateral, parecía que podía llegar el gol madridista. Ambos equipos, encaraban el túnel de vestuarios con sensaciones diferentes. Los vigueses con la sensación del deber cumplido y de seguir con el plan, y los madridistas sabiendo que debían cambiar algo si querían ganar el partido.

 Comenzaba la segunda parte y el Real Madrid movía el banquillo, y daba entrada a Illarra por Alonso. El guión del partido seguía siendo el mismo, un Madrid espeso no podía con las bien colocadas líneas celestes. La única ocasión clara del comienzo de la segunda parte, fue una internada de Di María que se equivocó al pasar a Carvajal en vez de centrar al segundo palo donde esperaban Benzema, Isco y Cristiano. El Celta seguía con su plan, y el plan seguía funcionando. En una nueva contra, conducida cómo no por Rafinha, que tras robar el balón a Ramos se recorrió tres cuartos de campo, Orellana dispondría de una nueva ocasión celeste. Las dudas de la defensa madridista, que no sabía si entrar o no a Rafinha, terminaba con el balón en los pies de Orellana. Sin embargo, el chileno se hacía un lío con el balón en los pies y terminaba tirando flojo a puerta.

 Luis Enrique movía el banquillo, y daba entrada a Krohn Dheli para sustituir al ferrolano. De esta forma quería ganar más movilidad en la zona de creación, y cambiaba a un jugador que había hecho un gran trabajo para dar entrada a uno más fresco. Y justo después del cambio, llegaría la ocasión más clara del partido para el conjunto celeste. Un balón filtrado de Rafinha, que dejaba a Charles sólo ante Diego López otra vez. El brasileño quiso picar el balón ante la salida del lugués, pero golpeó mal el balón y se fue fuera. El Celta perdonaba, y en el Bernabéu no puedes perdonar ni una vez, mucho peor si perdonas dos.

 En una jugada de centro al área, el balón acababa en los pies de Benzema, que tras pase del canterano Jesé empujaba el balón a la red celeste. Luis Enrique no esperó más, y decidió mover el banquillo tras el gol. Augusto, que había trabajado mucho en el centro del campo, dejaba su puesto a Nolito. Rafinha se iba al medio, dejando la banda derecha para Orellana y a Nolito en la izquierda que dejaba el chileno. El Celta fue a por el partido, pero no llevaba peligro a la meta blanca. El Real Madrid se encontraba mejor con esta disposición de partido, ya que podía coger a la contra al Celta. Sobre todo, tras dar entrada en el campo a Bale.

  Luis Enrique decidía dar entrada a Mina para sustituir a Charles, y así jugarse su última bala para empatar el partido. Una jugada en el área blanca, en la que antes de tirar Rafinha, es agarrado claramente por Modric, precedió al segundo gol blanco. En una galopada de Carvajal, el lateral blanco centraba al área, y tras ganar la espalda a Hugo Mallo, Cristiano remataba a placer para poner el segundo. A parir de ahí, el Celta siguió intentando atacar al conjunto blanco, pero sólo una ocasión de Cabral llevó cierto peligro a la meta blanca. En casi la última jugada del partido, una internada de Bale, en la que hacía alarde de su gran velocidad, terminaba con el segundo de Ronaldo y el tercero para la cuenta blanca.

 Un Celta valiente, que salió a jugarle de tú a tú al Real Madrid, no se llevó el premio que merecía por la falta de acierto de Charles. Sin embargo, este partido debe valer a los de Luis Enrique de punto de partida para lo que queda de Liga. El único pero para los vigueses, fue la falta de acierto de cara a puerta. El gol sigue siendo la asignatura pendiente de este equipo, pero lo positivo de hoy ha sido la gran actuación de todo el equipo y la aparición de Rafinha. El jugador cedido por el Barcelona, ha hecho hoy el mejor partido desde que llegó a Vigo. El Celta termina la jornada en puestos de descenso, pero si sigue por esta línea y con este juego, tendrá muchas más opciones de salvarse que si cambia su estilo.

 El Real Madrid, por la contra, deberá mejorar su juego ante equipos que se le cierran bien y le discuten el balón. En la primera parte, sobre todo en el comienzo, el Real Madrid no daba la sensación de estar en el partido. La calidad de los blancos, fue la que inclinó la balanza a su favor en el partido. Sin embargo, si el Real Madrid quiere aguantar el ritmo de Barça y Atlético, no puede permitirse tropezar en ningún partido. Y hoy, la diferencia entre los dos equipos no fue más que el acierto.


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