El Celta hunde al Betis

  En un partido que empezó con susto, el Celta consiguió levantar el marcador ante un Betis que demostró porque está en la parte baja de la tabla. Los graves problemas defensivos de los andaluces, se evidenciaron esta noche en Balaídos. El Celta se dio un festín a costa del Betis, dejando a los sevillanos a once puntos y con el goalaverage ganado. Estos tres puntos de hoy serán buenos, si el fin de semana que viene se consiguen certificar en Granada.



 Empezaba el partido con dudas para los celestes, que no terminaban de entrar en el partido y se veían agobiados por un Betis que iba de frente a por el partido. La baja de Augusto, sancionado por acumulación, era cubierta por Krohn Dehli con el que se ha ido alternando en la posición de interior en las últimas jornadas. El resto del equipo, era prácticamente el mismo que había perdido en Cornellá, a excepción de la entrada de Costas por Cabral y de Charles por Mina. Durante los primeros minutos, un Betis consciente de lo que se jugaba, se vino arriba desde el primer minuto. El Celta no se encontraba, ni encontraba el balón, y eso a los de Luis Enrique les hace mucho daño. El resultado de esta poca participación en el juego, se tradujo en el gol de Rubén Castro en el minuto 17. El canario, aprovechaba un centro desde la banda derecha, que destapaba de nuevo las vergüenzas de la zaga céltica. A partir del gol, el Celta despertó de su letargo, y comenzó a entrar en el partido. En una acción surrealista, en la que un centro lateral sin aparente peligro para la zaga bética, Orellana remataba de cabeza ante Paulao. Un central de 1,90, que se deja de coger la posición por un jugador que sobrepasa el 1,60 por muy poco. El gol levantaba al Celta, y comenzaba la debacle bética. Paulao, que había necesitado que lo atendieran por una lesión, continúo en el campo incomprensiblemente durante toda la primeara parte. El central brasileño cojeaba ostensiblemente, pero Calderón no se decidió a hacer el cambio por Figueras.

 Tras el gol de Orellana, el Celta se volvió amo y señor del partido, y en una gran jugada entre Rafinha y Hugo Mallo, llegaba el gol de Charles. En una buena internada del lateral celeste, que vio muy bien Rafinha, el centro era rematado por el delantero brasileño a placer ante la pasividad de la defensa bética. Nuevamente, la zaga verdiblanca, quedaba en evidencia retratando los problemas que lleva arrastrando toda la temporada. A partir del segundo gol, las esperanzas béticas se esfumaron, y en una nueva jugada por banda, y tras un nuevo fallo en cadena de la defensa hispalense, llegaba el tercero. Tras un centro desde la derecha nuevamente, y tras un fallido despeje entre Paulao y otro defensa bético, el balón caía en los pies de Charles. El brasileño, al que la portería le estaba completamente cerrada, cedió con inteligencia a Orellana que ponía el balón fuera del alcance de Sara. El 3-1 se antojaba un muro difícil de derribar para el Betis, y con el final de la primera parte, ambos equipos encaraban el túnel de vestuarios con sensaciones diferentes. El Betis en busca de un milagro, y el Celta con la sensación de que el partido estaba encarrilado.

 Después del descanso, Jordi Figueras salía por el lesionado Paulao, y el Betis comenzaba la segunda parte cómo había empezado la primera. Intentando meter al Celta en su área, pero sin demasiado peligro. El Celta, que parecía haberse conformado con el resultado, volvía a los mismos errores que en los primeros minutos del partido. No se hacía con el balón, y eso hacía que el Betis se animara ya que no tenía nada que perder. Luis Enrique daba entrada a Nolito por Álex López, y de esta forma dotaba de más dinamismo al ataque celeste. Rafinha se iba al centro, dejando la banda derecha para Orellana, que dejaba su sitio en la izquierda para el recién ingresado Nolito. La entrada del gaditano, no tardó en hacerse notar, ya que en la primera jugada en la que participó, acabó marcando el cuarto gol del encuentro. En una nueva jugada por banda, Nolito remachaba a placer un centro desde la banda derecha. La defensa bética, que ya estaba volcada en el ataque buscando un gol que los metiera en el partido, ya dejaba demasiados huecos atrás. Antes del gol, Calderón había dado entrada ya a Cedrick por Nono. El Betis siguió intentándolo, y en un fallo garrafal de Yoel, encontró el premio en el segundo gol de Rubén Castro. Sin embargo, ya no había margen de maniobra. y el Celta ya había dado entrada a  Madinda por Krohn para controlar el centro del campo. El partido ya no tuvo más historia, salvo la expulsión de Cedrick, que refleja la desesperación y la frustración de los jugadores hispalenses que ya se ven con un pie y medio en Segunda. Cuando el partido moría, Charles abandonaba el campo para recibir la ovación del público y Bermejo entraba para recibir la suya. El árbitro pitaba el final y el aficionado celeste respiraba, consciente de que este partido era muy importante para sus aspiraciones de cara a la salvación. La otra cara, la de los jugadores béticos, que necesitan poco más que un milagro para salvarse.

 El partido fue plácido para los de Luis Enrique, dentro de la dificultad que entrañaba por un rival que venía a jugarse la vida, pero sigue cometiendo errores que pueden costar una permanencia. Los fallos defensivos, la falta de tensión en los primeros minutos, y sobre todo la relajación son aspectos que debe modificar. En cualquier otra situación, un equipo que se pusiera por delante del Celta en Balaídos cómo hizo el Betis hoy, no se dejaría remontar tan fácilmente cómo los sevillanos. Solo las carencias defensivas de los béticos, mucho peores que las celestes, dieron vida a un Celta que no despertó hasta que se vio con un gol en contra. Para evitar futuros sustos, la tensión inicial, sobre todo en Balaídos, debe de ser mucho más alta. Tres puntos muy importantes, que dan aire al Celta y que quitan el regusto amargo que dejó la derrota de Cornellá. Ahora a pensar en el Granada, que probablemente dará mucha guerra a los celestes el próximo viernes.


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