El Atlético toma San Mamés

 Esperábamos desde este blog un partidazo en San Mamés, y el partido no nos defraudó. Un Athletic desatado, y un Atlético que demostró el porqué de sus status actual en todas las competiciones. Partido de los que gustaban en el viejo San Mamés, lluvia, remontada y velocidad del balón endiablada. El Athletic nadó para morir en la orilla, pero el Atlético tiene todo de cara este año para hacer la mejor temporada de su historia.

 Valverde sacaba su once de gala para enfrentarse a los de Simeone, no se guardaba nada con la intención de remontar la eliminatoria que tenía muy cuesta arriba. Herrerín, Iraola, San José, Laporte, Balenziaga, Rico, Iturraspe, Susaeta, Ander, Muniain y Aduriz eran los elegidos para la intentona. Por su parte, Simeone sacaba a casi toda su artillería. A excepción de Arda, que se quedó en Madrid, y Villa que vio el partido desde el banquillo, el once de Simeone no distaba mucho del que sacaría en cualquier partido importante. Las únicas novedades, eran las de Adrián y el Cebolla Rodríguez, que dejaban a Costa cómo referencia y a Raúl García por detrás. La defensa era la de siempre, Filipe, Miranda, Godín y Juanfran. La lesión del lateral brasileño, hizo que Insúa ocupara su sitio en la primera parte. Esto trastocaba los planes de Simeone, que veía cómo uno de sus pilares defensivos y atacantes se caía en el minuto 13 de la primera parte. Sin embargo, al minuto de partido, Costa tuvo la primera ocasión clara del encuentro. Pero el hispano-brasileño falló, y volvían a aparecer los fantasmas para el delantero atlético. 

 El partido tenía una clara dirección, y esa era la portería de Courtois. El Athletic, consciente de que un gol lo metía en el partido, sacó a relucir el huracán de las remontadas del nuevo San Mamés. Con un juego veloz, al primer toque, y con una intensidad que desbordó a los de Simeone, el Athletic llevaba peligro en todas sus acciones a la portería del belga. Simeone había salido con un 4-3-3, pero tuvo que reconvertirlo a un 4-5-1 para frenar las acometidas de los bilbaínos. El Atlético se metía atrás, y el Athletic estaba encantado de poder atacar el muro defendido por Courtois. Al final de la primera parte, un centro desde la banda, era rematado por Aduriz, que con un gran remate de cabeza ponía el 1-0 en el electrónico del nuevo San Mamés. Este gol espoleaba al equipo, pero sobre todo a una afición que estaba entregada a la posible remontada. Tras el mismo, el asedio de los Valverde en los cinco minutos que restaban de la primera parte, fue total. Solo un inspirado Courtois, salvó a los de Simeone de llevarse algún gol más al descanso. El belga, que cada día crece más cómo portero, dio un recital en esos cinco minutos. La mala noticia para los de Valverde, es que el gol no llegó a concretarse. Mateu pitaba el final de la primera parte, y la segunda depararía el desenlace de una eliminatoria que en ese momento estaba empatada. 

 A la vuelta del descanso, el Atlético de Madrid se sacudió el dominio y la presión de los de Valverde. Los colchoneros dieron un paso adelante, y el Athletic no contaba con eso. Esta situación sorprendió a los bilbaínos, y durante los primeros minutos de la segunda parte, el Atlético llevó el peso del partido. Este dominio, se tradujo en la doble ocasión que provocó el gol atlético. Herrerín, que consiguió despejar la primera ocasión, no consiguió repeler el lanzamiento de Raúl García, que enviaba a la red un gran centro del Cebolla. El navarro, con un gran remate, conseguía igualar el partido e inclinar la eliminatoria al lado colchonero. El gol atlético, dejó en shock al Athletic, que tras unos minutos de duda se volvió a meter en el partido. Sin embargo, y a pesar de los cambios arriesgados de Valverde, la balanza no caía al lado bilbaíno. Valverde sacó del campo a Mikel Rico para dar entrada a Ibai, y luego retiró a Susaeta para que Sola intentara cazar algún balón en el área. Ya a la desesperada, cambiaba a Ander para que Beñat intentara algo a balón parado. El gol no llegaba, y el Athletic tampoco ponía ningún balón al área para meter presión al Atlético. Con dos delanteros puros, cómo Sola y Aduriz, no se colgó un balón en toda la segunda parte. El Athletic insistía en el plan de llegar combinando, y en una pérdida de balón, un genial pase de Koke dejaba sólo a Costa con la colaboración de Iraola. El lateral, que había hecho un gran partido hasta ese momento, se equivocó al hacer el fuera de juego. El hispano-brasileño, que arrancó desde el centro del campo, corrió hasta toparse con Herrerín en un mano a mano que sentenciaría la eliminatoria. En esta ocasión, Costa optó por regatear a su amigo, y con la tranquilidad del que sabe que va a marcar culminó su carrera. El 1-2 ponía punto y final a la eliminatoria, y a la racha de partidos sin perder del nuevo San Mamés. El Athletic nadaba para morir en la orilla, y en una segunda parte en la que perdió la intensidad en los primeros minutos, el Atlético les hizo pagar el riesgo que corrió tras encajar el primer gol. 

 El partido de vuelta no defraudó, y nos ofreció un duelo entre dos equipos totalmente antagónicos. Un Athletic que en casa se convierte en un huracán atacante, y un Atlético de Madrid que aún reculando mucho, es el mejor entramado defensivo de Europa. El movimiento de Simeone, viendo que el Athletic lo acorralaba, de convertir su 4-3-3 en un 4-4-2, cerró las posibles vías de entrada a un Athletic que se dejó el alma en intentar levantar la eliminatoria. Al decimotercer día, el fortín de San Mamés caía, pero caía ante uno de los mejores equipos de Europa. Simeone sigue con su idea, partido a partido. Y partido a partido se ha plantado en semifinales de Copa, ante el eterno rival, en octavos de la Champions con una eliminatoria favorable, y en la parte alta de la Liga luchando por el título. Bendito partido a partido, y bendito San Mamés. El Athletic cayó con las botas puestas, pero este Atlético tiene la suerte del campeón. Veremos que les depara la temporada a ambos, pero si yo fuera aficionado del Athletic estaría orgulloso de mi equipo, y si lo fuera del Atlético empezaría a soñar con todo. Veremos.